TEGUCIGALPA, HONDURAS.- Realizar juegos y retos donde se enseña a valerse por sí mismo para incorporarse a la vida y alcanzar la excelencia en el plano personal, son parte de las actividades que realiza el movimiento Scout de Honduras.
Este grupo de niños jóvenes inspiracionales tiene como objetivo desarrollar, mediante la educación informal, actividades que fomenten principios, valores y virtudes ante una sociedad que tanto los necesita.
“El movimiento Scout transforma la vida de los chicos y de su familia”, expresó Lorena Cálix, quien es responsable de un grupo de jóvenes en el municipio de Valle de Ángeles, Francisco Morazán.
Este movimiento marca la vida de jóvenes y niños para bien, ya que muchos aprenden a desarrollar capacidades de liderazgo, de empatía, solidaridad, amor por la patria y la familia, amplió Cálix.
La entrevistada expresó su amor por el movimiento, ya que ha significado la manera más tangible de trasladar las convicciones y la fe en Dios.Con relación a este tema, Adrián Chavarilla, presiente del Movimiento de Scout Nacional de Honduras, recordó que el grupo inició en Inglaterra hasta expandirse en varios países.
“El moviendo Scouts busca el desarrollo de los muchachos con una formación complementaria a la que se recibe en la casa, en la escuela e iglesia, entre otros grupos donde puedan asistir los jóvenes”, expuso Chavarrilla.
Esta formación la reciben jóvenes y niños de 7 a 21 años. “Está dividido en tres unidades: La Manada, niños de 7 a 11 años; Tropa, niños de 11 a 16 y Clan de 16 a 21”, detalló el entrevistado.