TEGUCIGALPA, HONDURAS.-Todos los días, un ejército de más de 500 personas recorre el Distrito Central para recolectar, en promedio, 942 toneladas de desechos y el adagio de que “no es más limpio el que más limpia, sino el que menos ensucia”, tomará impulso a través de sanciones económicas más el castigo de limpieza comunitaria como método disuasivo para frenar los altos niveles de contaminación.
La iniciativa que se implementará es una acción que palidece, según los capitalinos que cuestionan que en pleno auge de la denominada “guerra contra la basura” y el incremento anual de producción de residuos sólidos, aun las personas arrojan sus desperdicios en zonas prohibidas.
Cifras analizadas por EL HERALDO, indican que a diario cada capitalino produce 1.5 libras de desechos y con una estimación de 1,342,329 habitantes, para este 2024 se producirán unas 343,944 toneladas.
De acuerdo con las datos plasmados en el plan director para la Gestión Integral de Residuos Sólidos (GIRS) 2024-2030, cada año la Alcaldía Municipal enfrenta el desafío de manejar más basura en la capital con la educación de los ciudadanos como norte a seguir junto a penas severas para los responsables.
Incremento de residuos sólidos
En la última década, contabilizando desde 2014 a 2024, hubo una variación de 50,000 toneladas, lo que representa un aumento del 17%, ya que hace diez años la producción anual era de 292,000 toneladas y ahora es 343,944.
Asimismo, las proyecciones indican para el 2030 la producción de basura incrementará en un 7% y con 23,626 toneladas más, dentro de seis años la cantidad total estimada según el GIRS será de 365,626 toneladas.
Si consideramos la generación diaria de los desechos, con una cifra actual de 942 toneladas para el 2030 serán 59 toneladas más, ya que cada día en la capital habrá 1,001 toneladas de residuos sólidos.
Manejo histórico de desechos en el municipio
Como principal ciudad de Honduras, los manejos de desechos en el municipio más poblado del país y Centroamérica implica diversas acciones para el gobierno local y los registros detallan que en 1973 las acciones de gestión iniciaron con un diagnóstico de la Situación por parte de la Asociación Venezolana de Cooperación Institucional.
Sobre el tema Emilio Medina, titular de la Gerencia de Aseo Municipal, explicó que “sí es un reto” y todo deriva por el incremento de población porque más personas equivale a mayor producción de basura.
“Ya no nos ajusta solo recoger residuos, por eso tenemos que implementar estrategias que minimicen la generación, tenemos un plan y proyectos pilotos que van desde la recolección selectiva hasta el establecimiento de ecopuntos para recolectar residuos valorizables”, adelantó.
El ingeniero detalló que con los ecopuntos darán un precio justo a los recicladores de oficio que históricamente han sido invisibilizados por la “política pública” con la esperanza de que se formalicen y generen ingresos para ellos y sus familiares.
En cuanto a los desechos que no se pueden utilizar, Medina destacó que es necesario el cambio de comportamiento para alcanzar la meta de reducción en los residuos que no se pueden volver a utilizar.
Penas más severas para contaminadores
Los datos de la Gerencia de Aseo revelan que a inicios del 2022 había un total de 300 puntos críticos (zonas conocidas como tiraderos clandestinos) pero a través de diversas acciones ya lograron rescatar unas 60.
Las estimaciones de este rotativo indican que en promedio al mes se lograron rescatar unas dos zonas gracias a limpieza, decoración, instalación de rótulos y con sanciones económicas para evitar la reincidencia de contaminación ambiental en esos puntos.
“Realizamos un trabajo en conjunto a la Policía y Justicia Municipal, porque lo que toca es crear conciencia a través de multas. Hemos tenido semanas complejas, en algunas hemos decomisado hasta 200 vehículos, la idea es poner multas más pesadas para disuadir a las personas”, explicó Medina.
El entrevistado detalló que por depositar residuos en zonas prohibidas, además de los cinco mil lempiras, se acompañará con la pena de limpiar las áreas contaminadas con el objetivo principal, además de la limpieza, de la reducción de la impunidad.
Potencial desaprovechado
“La basura de unos es la riqueza de otros” fue una frase que el economista Henry Rodríguez destacó al ser abordado para conocer, desde otro punto de vista, el manejo de los desechos en el municipio.
Para el catedrático universitario si se produce más basura es por el incremento poblacional, mayor consumo de otros productos que no son naturales, el ingreso salarial de algunas personas que les permite consumir más y el por último “no aprovechar la basura”.
“El problema es que la economía circular no se aplica, la economía lineal es compro algo lo utilizo y lo boto, la circular es clasificar la basura. En otros países sí se realiza la clasificación ya sea orgánica o reciclable, todo se vende pero no lo aprovechan de la mejor manera”, destacó.
El economista consideró que si se aplicaran medidas públicas eficientes, además de mejorar el tema ambiental, se aprovecharía la riqueza obtenida por un tratamiento adecuado de la basura al punto de generar materiales para la construcción con desechos.
Ejemplificó que en otros lugares del mundo, de la basura extraen materiales para fabricar bloques y edificar de manera ambiental con beneficios ambientales y hasta antisísmicos.
“En nuestro país carecemos de procesos innovadores, es increíble fabricar casas con materiales que eran considerados basura, aquí la basura solo se mira como un estorbo y no como la oportunidad de generar políticas públicas con procesos de economía circular”, afirmó.
