TEGUCIGALPA, HONDURAS.-Una feroz batalla contra las llamas se libra desde hace tres días en dos incendios forestales en Francisco Morazán.
La lucha la desarrollan 300 miembros de las Fuerzas Armadas (FF AA) integrados en el Comando de Apoyo y Manejo al Ecosistema y Ambiente (C-9).
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Inmisericorde ataque
Uno de los siniestros inició cerca de la zona de amortiguamiento de La Tigra y el fuego ha afectado las zonas de Corralitos, San Juancito, El Hatillo, El Piligüín, El Rosario y Las Moras, en el Distrito Central, al igual que la aldea El Chimbo, en Santa Lucía.
En la parte oriental, específicamente en La Calera, sector colindante entre Uyuca y Tatumbla, también se desató ayer un siniestro, el cual fue sofocado gracias a una copiosa lluvia que cayó sobre la zona.
Juan Ramón Hernández, director del C-9, explicó que durante 72 horas, los militares han desarrollado una extenuante labor para combatir las lenguas de fuego que se resisten a desvanecer su fuerza en La Tigra.
Durante la arriesgada misión, a los uniformados se sumaron personal del Instituto de Conservación Forestal (ICF), del Cuerpo de Bomberos, Amitigra, parques nacionales y vecinos de las comunidades.
“Hemos utilizado dos helicópteros con el sistema Bambi Bucket, se realizaron 68 descargas (hasta el mediodía de ayer) y hemos utilizado 7,680 galones de agua”, detalló el coronel.
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“El problema es que es una zona cordillera, hay lugares que son zacateras y eso provoca esta bruma, sin embargo en otras áreas se afectan las zonas productoras de agua”, mencionó.
Según expertos que integran el C-9, la quema que venía desde Cofradía se desplazó a Corralitos y también al este, hacia los Planes de Jutiapa.
“Inició en la zona de amortiguamiento, luego se desplazó al sur y al este de la zona núcleo, por eso hay varios incendios, es el mismo corredor biológico”, detallaron.
Mario Fumero, fundador del Proyecto Victoria, aseguró que detrás de las quemas hay mano criminal y el culpable tiene que ser tratado como un genocida.
“Tenemos una lucha constante para evitar que se destruyan las instalaciones, si no controlamos aquí, el fuego nos llevará los tanques de agua que tenemos”, declaró mientras intentaban repeler la quema.
Durante el combate contra los siniestros, dos bomberos resultaron heridos, según el reporte del portavoz de la entidad, Óscar Triminio.
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Entre tanto, Carlos Hernández, gerente de División Metropolitana del SANAA, detalló que cuando utilizan agua de la red para sofocar incendios se afecta la distribución programada.
Solo en los últimos incendios se ha invertido casi un millón y medio de galones de agua.
“Los incendios forestales disminuyen la producción de agua en las fuentes, por eso baja cada año, ahora el reservorio de La Tigra produce unos 200 litros por minuto, antes producía más de mil”, lamentó.
Una ligera llovizna cayó la tarde de ayer sobre la contaminada ciudad