TEGUCIGALPA, HONDURAS.- De manera clara, sencilla y con mapa en mano, el equipo de la Unidad Municipal de Gestión Integral de Riesgos (UMGIR) advirtió que desconocen cuándo se detendrá la falla por deslizamiento en la colonia Guillén que ahora amenaza las colonias Santa Rosa y El Reparto.
Frente a decenas de lugareños, el personal de la comuna detalló que aunque el riesgo es inminente, por los momentos carecen de los instrumentos para medir el movimiento diario que se produce en el deslizamiento.
“La Agencia de Cooperación Internacional de Japón (JICA) instaló varios instrumentos de medición; todos ya fallaron”, explicó la integrante de UMGIR, Ingrid Flores, quien estimó que entre las zonas con advertencia especial y la de amenaza de sedimentos suman unas 4.8 hectáreas.
LEA: En estudio posibilidad para que damnificados habiten 14% de Ciudad Mateo
Tras las lluvias del lunes, la arquitecta explicó que el subsuelo sigue en movimiento y solicitó a los afectados evitar ingresar a los escombros para no poner en riesgo vidas humanas.
Según el geólogo Dorian Fiallos, de la Dirección de Control y Seguimiento, lo que han estudiado son dos perfiles en los que constataron que la tierra sigue en movimiento y eso impide que se realicen actividades de remoción de escombros.
“Tienen ese montón de peso, las casas de abajo y la calle sirven de cuñita, si la quitamos se viene todo, no queremos que pase eso. Hay que esperar, entiendo que duele ver sus casas derrumbadas, pero gracias a esas casas se está dando un soporte que nos compra tiempo para las casas de abajo”, argumentó.
Del mismo modo, el estructuralista Marco Palma enfatizó que de acuerdo con JICA, la masa de suelo afectada -unas 3.5 hectáreas con una profundidad variable entre 6 a 12 metros- podría ceder más si ingresa maquinaria pesada. “Son miles de metros cúbicos que no se pueden tocar porque podríamos causar un daño mayor”, expresó.
ES DE INTERÉS: La falla geológica de la Guillén que ha dejado a decenas de familias en la calle (FOTOS)
Reacciones
Sobre el tema, el asesor técnico del Comité Interinstitucional de Ciencias Ambientales (CICA), Donaldo Cáceres, explicó que el movimiento de ladera activo en la zona fue agravado por aguas subterráneas y el peso de las construcciones.
“Es una cadena de cosas que suman y ahí empieza el colapso, las casas que han caído se detienen con las de material de abajo, tarde o temprano pueden ceder ya que las lluvias sobresaturan el suelo”, estimó.
Según el especialista, el movimiento del suelo seguirá y lamentablemente no se puede predecir cuándo se estabilizará, lo que sí garantizó es que esa zona no puede ser habitable.
En cuanto al ciclo natural del agua, Cáceres mencionó que la lluvia que cae de manera vertical satura el suelo; asimismo, con el aumento de la temperatura, el agua sale a través de la evaporación y es ahí cuando quedan espacios en el suelo y esa dinámica genera movimientos de deslizamiento o compactación.
José Arce, experto en geología de la Universidad Politécnica de Honduras (UPI), indicó que por estar aún en temporada lluviosa es muy pronto para determinar hasta dónde podría llegar el daño. Sin embargo, estimó que en las colonias aledañas el riesgo siempre será alto y medio, por lo que recomienda permanecer atentos.
ADEMÁS: ¿Dónde acudir para ayudar a los damnificados de la colonia Guillén?