TEGUCIGALPA, HONDURAS.- El derrame de agua potable de un pozo de inspección ubicado en la cuesta Lempira del
barrio La Leona ha destruido varios tramos de la calzada.
El sumidero está sin tapadera y es un peligro constante para los cientos de conductores que a diario circulan por la avenida.
Para los ciudadanos es un dolor de cabeza transitar por la zona por las rajaduras que se han ido formando en la vía.
Calle destruida
La capa asfáltica de la cuesta se ha ido deteriorando debido a que el agua que sale del pozo de inspección se ha ido filtrando por debajo de la calle.
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Las grietas que se han formado sobre la calzada miden alrededor de cinco pulgadas de grosor y cada vez se hacen más grandes.
Algunos conductores consideran que circular por el sector es un riesgo por la inclinación de la calzada y ahora con los baches que se han formado es más peligroso.
“Esa cuesta es un peligro y sumado a eso están los baches, es súper riesgoso pasar por aquí”, expresó Manuel Pineda, un taxista que transitaba por la zona.
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Diagnóstico
Las autoridades del Servicio Autónomo Nacional de Acueductos y Alcantarillados (SANAA) realizaron un diagnóstico del problema y lo trasladaron a las autoridades de la comuna para que procedan con la reparación del sumidero dañado.
“Las tuberías del pozo están colapsadas y hay que cambiarlas”, contó Jorge Pérez, jefe del Subsistema de Comayagüela del Departamento de Alcantarillado Sanitario del SANAA.
El sumidero está sin tapadera y es un peligro constante para los cientos de conductores que a diario circulan por la avenida.
Para los ciudadanos es un dolor de cabeza transitar por la zona por las rajaduras que se han ido formando en la vía.
Calle destruida
La capa asfáltica de la cuesta se ha ido deteriorando debido a que el agua que sale del pozo de inspección se ha ido filtrando por debajo de la calle.
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Las grietas que se han formado sobre la calzada miden alrededor de cinco pulgadas de grosor y cada vez se hacen más grandes.
Algunos conductores consideran que circular por el sector es un riesgo por la inclinación de la calzada y ahora con los baches que se han formado es más peligroso.
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Las autoridades del Servicio Autónomo Nacional de Acueductos y Alcantarillados (SANAA) realizaron un diagnóstico del problema y lo trasladaron a las autoridades de la comuna para que procedan con la reparación del sumidero dañado.
“Las tuberías del pozo están colapsadas y hay que cambiarlas”, contó Jorge Pérez, jefe del Subsistema de Comayagüela del Departamento de Alcantarillado Sanitario del SANAA.
