TEGUCIGALPA, HONDURAS.- La situación en el Conservatorio Nacional de Música Francisco Díaz Zelaya ha alcanzado niveles alarmantes, sumiendo a estudiantes y profesores en una incertidumbre creciente sobre el futuro de esta emblemática institución al punto de que se habla de un posible cierre.
Desde su fundación en 1936, el conservatorio ha sido la cuna de los más destacados talentos musicales del país, pero su infraestructura no ha sido estable, pues por varios períodos de tiempo ha estado en cambios constantes. Actualmente funciona en la populosa colonia Hato de Enmedio, pero dichas instalaciones se han convertido en una amenaza inminente para sus 124 estudiantes.
Sin embargo, lejos de preocuparse por entonar las letras musicales o entender la partitura asignada, maestros y estudiantes tienen su vida pendiendo de un hilo al recibir el pan del saber en un edificio que fue declarado en 2020 como inmueble en riesgo. Una visita realizada por el equipo de EL HERALDO comprobó la precariedad de las instalaciones.
Aunque se prometieron soluciones concretas como el refuerzo del muro de contención, la demolición de estructuras en mal estado, la nivelación del terreno y la reconstrucción de las aulas para ese año, han transcurrido tres largos años y la situación ha evolucionado de deteriorada a peligrosa.
Las peticiones de mejora y cambio de instalaciones han quedado engavetadas, y las promesas de apoyo al sector cultural y artístico del país parecen haberse esfumado en el olvido.
Fractura en las paredes, los muros, los techos y las tuberías de aguas negras, así como aulas sin la ventilación adecuada, son algunos de los problemas que mantienen las viejas instalaciones, donde opera el Conservatorio desde 2016. El daño más grave está en el muro de contención lateral que protege a la institución.
En papel mojado ha quedado el clamor de mejora y cambio de instalaciones tanto en la administración anterior como en la actual, evidenciando cómo las promesas de apoyo para el sector cultural y artístico del país.
La situación es tan crítica en el Conservatorio que desde mayo los maestros y estudiantes deben asistir a clases por turnos, pues de seis aulas solo la mitad -por ahora- están disponibles y sin riesgo de caerse.
Como si no bastaran estos problemas, la temporada de lluvias se avecina y ante la precariedad de las instalaciones se prevé optar por clases virtuales, entorpeciendo la formación artística de los talentosos jóvenes que sueñan con incursionar en el mundo de la música a nivel nacional e internacional.
Los cientos de jóvenes -en su inocencia- se mostraron felices y enfocados en tocar cada uno de los instrumentos con los que cuenta el Conservatorio para el lente de EL HERALDO, como el saxofón, las trompetas, el violín, entre otros, sin embargo muchos ignoraban el inminente peligro que representaba estar dentro de las deterioradas aulas.
Recientemente una comisión del Comité Permanente de Contingencias (Copeco) realizó una tercera visita a la institución, pero la conclusión fue la misma que las anteriores: “Aquí lo único que se tiene que hacer es desalojar”.
Según la directora Any Matamoros, las gestiones se han realizado, pero desde el gobierno “han estado lentas”, en referencia a la Secretaría de Cultura, las Artes y los Patrimonios de los Pueblos de Honduras, que desde julio de 2022 tomó el control del Conservatorio.
“Se ha hecho todo lo que se los requerimientos que nos han pedido, pero todo ha estado lento hasta ahorita, ya llevamos el mes de agosto y todavía no hemos conseguido nada de lo que hemos pedido”, lamentó.
En ese sentido, se realizó la solicitud a la Secretaría de Educación para la asignación de un nuevo local, así como el apoyo de otras instituciones del Estado, no obstante, no sería un traslado permanente, sino uno temporal, pues desde la Secretaría de Cultura insisten en mantenerse en las mismas instalaciones, pero con las obras de mitigación realizadas, ante la falta de opciones y la poca asignación presupuestaria (ronda los 1.5 millones de lempiras).
“Ahorita lo que estamos buscando tal vez es poder con ese millón 500 mil alquilar por un tiempo un lugar por mientras se hace la reconstrucción, pero para eso hay que hacer presupuesto, hay que ver un lugar que en realidad cubra las necesidades que tenemos verdad, aunque sean las mínimas, entonces, es complicado”, expuso Matamoros.
La titular de la escuela de artes musicales recordó que con cada día que pasa el suelo se satura más, haciendo la analogía al efecto dominó, donde si uno se cae “se va todo”, por lo que lanzó un SOS para agilizar los trámites.
“Nuestra ayuda es un SOS para que las cosas se agilicen más que todo porque eso es lo que nos tiene detenidos, pues que las cosas solo se pueden agilizar con la voluntad, para que se hagan y que se pongan las cosas en marcha”, clamó.
Peligro de cierre
Para la presidenta de la Asociación de Padres del Conservatorio, Claudia Cerrato, la preocupación es doble, pues temen por la integridad física de sus hijos y hasta medidas drásticas del cierre de la institución especializada en formar jóvenes músicos instrumentistas en Honduras.
“Eso sí nos tiene bien preocupados (cierre), porque no es lo mismo la otra institución de la Nacional de Música que el Conservatorio Nacional de Música y hemos visto que realmente no le han dado importancia, no hemos visto el movimiento en realidad como tiene que ser de que que agilicen”, manifestó.
Cárcamo declaró que desde la Secretaría de Cultura habían informado de un cambio de instalaciones, pues el actual edificio ya no puede albergar a los estudiantes. Ella considera, entonces, que la exigencia verdadera tiene que ser un traslado, pero no dejarán que clausuren el centro.
“Nosotros estamos inquietos, porque lo que necesitamos es que nos cambien de lugar a los muchachos, prácticamente sentimos que quisieran cerrar la institución y eso es lo que nosotros no queremos, como padres de familia, lo que estamos luchando es para que continúe el Conservatorio Nacional de Música, solo hay uno en la nación”.
La preocupada madre de familia recordó que con las recientes lluvias que cayeron en la capital constataron “que se hundió más la parte de donde está dañado” y que el muro de contención que protege la institución “está bajando” y es esa parte donde se encuentra el peligro de derrumbamiento.
Además, criticó el accionar de la ministra de la Secretaría de Cultura, Anarella Vélez, pues asegura que la funcionaria “le resta importancia” a la situación del Conservatorio al nunca asistir a las exposiciones musicales de los estudiantes y haber participado en pocas reuniones con los padres de familia, a pesar de las reiteradas exigencias por ejercer como autoridad gubernamental.
“Es importante que la señora ministra no solamente se encarguen en estar en otros lugares y otras áreas, pero el Conservatorio es algo importante y sería buen que ella se preocupara más y viniera a las instalaciones realmente a ver cómo están, a ver cómo están los alumnos, qué pasa con los alumnos y ella no, no le hemos visto ni los muchachos tampoco”, enfatizó.
La presidenta de los padres de familia fue enfática: “Aquí ya no puede funcionar el Conservatorio, es una zona de alto riesgo para los muchachos nada más, urge de verdad que les hagan el cambio a los muchachos, nos han tenido con la excusa de mañana. más mañana, más mañana y así estamos hasta hoy”.
Asimismo, criticó la situación legal del inmueble, pues aseguró que -como pasa en la mayoría de estos recintos- no cuentan con las escrituras, por lo que han recurrido a un padre de familia que hace el trabajo ad honorem.
Sin edificio permanente por falta de opciones
Por su parte, la ministra de Cultura, Artes y Patrimonios, Anarella Vélez, aseguró que “no han encontrado un edificio del Estado” con las condiciones adecuadas para que los estudiantes puedan continuar con su formación y ese es el motivo de tan prolongado retraso.
La titular de Cultura confirmó a este rotativo que se encuentran en la inspección de un inmueble del Estado ubicado en el barrio La Ronda, en el centro de la capital, aunque este será de manera temporal.
No obstante, Vélez apoya, contrario a la postura de los padres de familia, una reparación de las instalaciones. Sin embargo, adelantó que hasta el otro año posiblemente intervenga el Fondo Hondureño de Inversión Social (FHIS), aunque esto no es seguro y se deberá resolver la situación legal del recinto
“Existen las condiciones el próximo año de que el FHIS nos construya un nuevo edificio, pero de momento lo más seguro es que nosotros tenemos que usar los fondos propios de la Secretaría, pero no para un nuevo edificio, sino para una restauración del edificio (actual)”, informó la funcionaria.
Además señaló que no se pueden iniciar los trabajos de reparación si los estudiantes no son traslados a otro lugar, un proceso que va a paso lento.
Tanto la directora del recinto como los padres de familia son del criterio que no se necesita una respuesta “a medias” y, en lugar de una reparación, urge una reestructuración completa y que los futuros talentos de la música cuenten con instalaciones dignas de forma permanente.