TegucigalpaHonduras
Tegucigalpa y Comayagüela desde el pasado domingo se han reencontrado con la tradición y devoción que encierra la Semana Santa.
Y es que las procesiones se convierten en expresiones de fe que revisten de solemnidad tres hechos trascendentales de la historia: la Pasión, Muerte y Resurrección de Jesucristo.
Por las calles de Tegucigalpa, y como parte del programa que cada año impulsa la Catedral San Miguel Arcángel, se efectúan siete recorridos procesionales.
Se estima que cada año más de unos500 70 mil devotos participan en estos eventos, siendo las más concurridas las del Domingo de Ramos, Santo Entierro y el Encuentro con el Cristo Resucitado.
Si hay algo que caracteriza a Tegucigalpa es el esmero con que se prepara cada procesión, desde su anda hasta la confección de los atuendos y adornos que engalanan las imágenes.
Rony Caballero, administrador del Arzobispado de Tegucigalpa, explicó que a partir del año 2000 la Iglesia recurre a diversos elementos para la decoración de las andas con el objetivo de transmitir un mensaje a la feligresía.
Procesiones
Los recorridos iniciaron el primer domingo de Cuaresma con el traslado de la imagen del Cristo de la Misericordia desde la Catedral hacia la iglesia San Francisco de Asís.
“Así iniciamos el camino que mueve a la reflexión y a prepararse para la Semana Santa”, declaró Caballero.
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A esta le siguió el Santo Vía Crucis, el Viernes de Dolores, al que se le suman las parroquias Inmaculada Concepción, El Calvario y Los Dolores, que le dan protagonismo a la Vía Dolorosa de Jesús. El pasado Domingo de Ramos, desde las 7:00 de la mañana, la ciudad se vistió de verde esperanza; las 67 parroquias participaron de la solemnidad de la entrada triunfal de Jesucristo a Jerusalén.
Palmas de olivo recién cortadas fueron portadas por más de cien mil devotos en diferentes puntos de la capital.
Frente al Palacio Municipal, una colorida alfombra de aserrín le dio realce al recorrido, ayer Martes Santo, vuelve la tradición con una de las procesiones que en los últimos años ha despertado la devoción de los fieles católicos, la del Señor de la Humildad o del Prendimiento. En este desfile católico es utilizada una antigua imagen que data del siglo XVII, que representa a Jesús momentos después de la flagelación, y no menos de dos mil personas se acercan para asistir a este oficio.
También es acompañado por las imágenes de Pedro arrepentido, San Juan y María Magdalena.
No dejan de ser solemnes las actividades programadas para el Jueves Santo, cuando la Asociación Jesús Nazareno hace la representación de Jesucristo en el huerto y que tiene como escenario uno de los recintos laterales de la cCatedral. Esta misma escultura sale en la Procesión del Silencio, también conocida como la del Divino Prisionero, a las 10:00 de la noche.
Además, este día inicia la elaboración los coloridos tapetes de aserrín: la avenida Cervantes es una fiesta, que reúne a más de 400 voluntarios y personas que se acercan para participar en la confección de 650 alfombras.
Para el Viernes Santo, la ciudad se viste de luto y aproximadamente 60 mil capitalinos se dan cita en el centro de la ciudad.
Unos para ayudar en los acabados de la alfombra, ver la presentación de cuadros vivos y asistir al Vía Crucis. Por la tarde, el cortejo fúnebre de la procesión del Santo Entierro, con el Cristo Yacente, en una anda que se convierte en un mensaje de reflexión, recorre las calles.
La imagen de la Virgen Dolorosa, con su expresión de resignada melancolía, junto a un total de 25 imágenes participan en este desfile. Una vez concluido el recorrido luctuoso, se realiza la Procesión de la Soledad, en la que por tradición participan mujeres. El Domingo de Resurrección, el Parque Central se convierte en una fiesta a partir de las 5:30 de la mañana. La feligresía va al encuentro del Resucitado con las tradicionales Carreritas de San Juan. El Señor Resucitado capta la admiración de más de tres mil fieles que vienen de diferentes sectores de la capital.