Tegucigalpa

Soli-Diario calza y equipa con útiles a niños de El Rodeo

Son 127 alumnos de la escuela Francisco Morazán los que recibieron los zapatos y útiles escolares que tanto necesitaban para garantizar su asistencia a clases.

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04.04.2013

Esperaban impacientes. Ni las altas temperaturas que se han presentado últimamente en la comunidad permitieron que la emoción de los niños decayera.

Y fue así como con una enorme sonrisa, los niños recibieron al equipo de EL HERALDO que con zapatos y útiles en mano llevó esperanza a un centenar de estudiantes.

En esta estación de la caravana, al menos 127 alumnos que cursan su educación primaria en la escuela Francisco Morazán, ubicada en el barrio El Rodeo de la ciudad de El Paraíso, fueron beneficiados con la donación.

La alegría de los niños, al ver las cajas donde venían sus zapatos, no se podía ocultar, ya que desde hace varios días esperaban con ansias la entrega.

Al percatarse de la presencia del equipo del diario líder del país, comentaban entre sí: “Nos cumplieron la promesa, era cierto que nos iban a dar zapatos”.

Fue así como con un fuerte grito de “¡Bienvenidos EL HERALDO!” los niños agradecieron, de alguna manera, la loable misión que desde hace varias semanas viene desarrollando el equipo de La Maratón del Saber.

Para cumplir la meta que se ha propuesto, este rotativo cuenta con el apoyo de la Fundación Buckner Honduras, quienes comprometidos con los más necesitados han donado centenares de zapatos a los estudiantes.

Uno de los más emocionados era Edwin Fabricio Salgado, de 10 años de edad, alumno del tercer grado, quien desde hace dos años acude a sus clases con los zapatos que eran de su hermano.

Debido al uso que se le han dado, los zapatos se encuentran severamente dañados, a pesar de las precauciones que el niño tiene al momento de caminar.

“Siempre que estoy jugando me los quito para no terminar de arruinar mis zapatos, ya que si se me despegan voy a tener que venir con chancletas a la escuela”, comentó el jovencito.

La pobreza en la que vive la familia de Edwin impide que cada año puedan comprarle zapatos a su hijo, ya que deben invertir dinero en la compra de útiles escolares.

“Los zapatos tienen varios agujeros y cuando llueve se me mojan los pies, por lo que prácticamente camino descalzo”, dijo con tristeza el menor.

Al recibir su par de zapatos, a Edwin se le ocurrió darle una sorpresa a su madre y contarle que nunca más tendría que utilizar esos zapatos viejos que debía ponerse.

Día de sorpresas

La sensación de la visita fueron Don Lápiz y Don Borrador, quienes con su vibrante carisma, desde el primer momento que ingresaron al centro educativo, se robaron el corazón de los niños.

Y es que pese a que la comunidad se ubica a unos cuantos kilómetros de la ciudad, es considerada uno de los asentamientos familiares más pobres de la zona.

La mayoría de las viviendas que están construidas en la región invaden los derechos de vía, por lo que ninguna de las familias posee vivienda propia.

Todo el esfuerzo para realizar la entrega de zapatos y útiles escolares fue compensado con las muestras de cariño que los niños mostraron.