Tegucigalpa

Tres hermanos con distrofia muscular urgen de una vivienda

En el hogar Chirinos-Martínez cinco retoños presentaron la enfermedad; dos ya fallecieron

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31.07.2017

Talanga, Francisco Morazán
En la oscuridad de un estrecho cuarto donde apenas se ve la luz de la pantalla de una antigua computadora vive Yoni Alexi Chirinos, de 42 años.

Tiene unos siete años de no salir ni al umbral de la puerta, casi desde que perdió su movilidad inferior.

Ahora tiene dificultad hasta para mover su cabeza.

Chirinos es originario de Talanga, Francisco Morazán, donde reside junto a la familia de su tío Manuel Lagos.

Años atrás, él formó parte de un taller de zapatería y gracias a este oficio logró graduarse de Perito Mercantil y Contador Público.

También fue locutor de una radio local, pero mientras su edad avanzaba de igual manera lo hacía la distrofia muscular que padece.

“Yo ahora vivo de vender recargas de celular, pero es poco lo que hago, ya que las personas que me compran son amigos y me pagan cuando ellos pueden, por eso a veces no tengo ni cómo pagar el saldo”, manifestó Yoni.

Es de esta manera que en la actualidad genera algunos lempiras para su sostenimiento.

Su historial médico es compartido con otros dos hermanos, Manuel y Yeri Chirinos, de 33 y 22 años, y su prima Gueybi Lagos, de 22 años.

En el hogar de la familia Chirinos-Martínez cinco retoños presentaron la misma patología, dos de ellos ya fallecieron.

En el caso de Manuel y Yeri, viven en una casa de alquiler junto a su madre Santos Martínez, una persona de la tercera edad.

Para costear la renta mensual es “mi papá quien nos manda los 1,000 lempiras, pero él ya es un anciano de 75 años que pasa enfermo”, dijo Manuel, quien al igual que Yoni también vende recargas, pues consideran que de alguna manera deben apoyar a su madre con algunos centavos.

En el caso de Yery, quien permanece con una mascarilla sobre su nariz y boca para evitar enfermarse porque tiene bajas las defensas, entre los diálogos sobre su estado de salud logró vencer su timidez y pidió que se le acercará a sus manos un viejo cuaderno de hojas blancas.

Es así como dio a conocer su pasión por el anime y el dibujo dejando al descubierto parte de sus tesoros.

“Son dibujos que yo he pintado, solo viéndolos de la televisión, me tardo más de una semana en hacerlos por los detalles que tienen”, manifestó.

A su vez dijo que a través de las redes ha logrado contactarse con jóvenes seguidores del anime y que cuando les ha mostrado sus dibujos quedan sorprendidos.

Ayudas
Con ayuda de vecinos esta familia logra suplir parte de las necesidades de alimentos o medicinas cuando las han requerido.

“Yo tengo buenos vecinos, ellos a diario nos mandan un bocado, no es fácil, pero Dios siempre está con nosotros”, reveló doña Santos al contar parte de su historia familiar.

Para ellos necesitamos tres camas, una matrimonial y dos unipersonales, víveres, cobijas, ropa de cama, camisetas. También necesitan una vivienda propia.

Para ayudar llamar al teléfono 9589-1848.