TEGUCIGALPA, HONDURAS.- Gurín es un simpático, bello y travieso ocelote. Su tierna mirada junto a su espeso, suave y resplandeciente pelaje, hacen que uno se enamore a primera vista de este cachorro que tiene unos colmillos afilados.
Antes de que siga leyendo la historia de este chiquitín, permítame advertirle algo… ¡no se acerque tanto a él! Pues a Gurín le fascina marcar el territorio con su orina para dejar ahí su señal, su huella, su identidad; así lo hizo conmigo y, cuando una de las biólogas me puso en alerta, ¿qué cree?, ¡exacto! Ya era demasiado tarde, Gurín ya había hecho de las suyas.
¿Qué le parece? Este mamífero carnívoro fue rescatado en el municipio de Catacamas, departamento de Olancho, zona oriental de Honduras, luego de que unas personas mataran a su mamá.
VEA: Conozca la historia de Bruno, el tapir más codiciado
Es así como este ocelote fue llevado al Rosy Walther con tan solo un mes de nacido, lugar donde lo bautizaron como Gurín, nombre que le otorgaron las biólogas, quienes desde entonces lo cuidan y consienten como si fueran esa madre que, seguramente, tanta falta le hace a este extrovertido y alegre amiguito.
Pese a las adversidades que ha pasado a tan corta edad, Gurín no pierde el entusiasmo por la vida, así lo demuestra cada vez que se entretiene -en un mundo que parece inalcanzable para la mano tan destructora del ser humano- jugando con lo que encuentra en su espacio.
Tan juguetón es que ni la comida “respeta”, mucho menos el tiempo de la comida, pues cree que la carne con la que lo alimentan es una pelota de fútbol que mueve de aquí para allá y de allá para acá.
ADEMÁS: Le presentamos a La Cocodrila, el reptil que ama la soledad
Así transcurre la vida de este cachorro, quien dentro de poco tiempo se convertirá en un adulto que quizá dejará de lado los juegos que ahora lo entretienen y no permiten que se dé cuenta de lo rápido que está creciendo.
De lo que sí podemos estar seguros usted y yo, es que Gurín siempre estará rodeado de mucho amor, pues es el animal más consentido de todo el zoológico. Si lo visita, acuérdese de que no le pase lo que a mí me sucedió… ja, ja, ja, ja, ja…
Antes de que siga leyendo la historia de este chiquitín, permítame advertirle algo… ¡no se acerque tanto a él! Pues a Gurín le fascina marcar el territorio con su orina para dejar ahí su señal, su huella, su identidad; así lo hizo conmigo y, cuando una de las biólogas me puso en alerta, ¿qué cree?, ¡exacto! Ya era demasiado tarde, Gurín ya había hecho de las suyas.
¿Qué le parece? Este mamífero carnívoro fue rescatado en el municipio de Catacamas, departamento de Olancho, zona oriental de Honduras, luego de que unas personas mataran a su mamá.
VEA: Conozca la historia de Bruno, el tapir más codiciado
Es así como este ocelote fue llevado al Rosy Walther con tan solo un mes de nacido, lugar donde lo bautizaron como Gurín, nombre que le otorgaron las biólogas, quienes desde entonces lo cuidan y consienten como si fueran esa madre que, seguramente, tanta falta le hace a este extrovertido y alegre amiguito.
Pese a las adversidades que ha pasado a tan corta edad, Gurín no pierde el entusiasmo por la vida, así lo demuestra cada vez que se entretiene -en un mundo que parece inalcanzable para la mano tan destructora del ser humano- jugando con lo que encuentra en su espacio.
Tan juguetón es que ni la comida “respeta”, mucho menos el tiempo de la comida, pues cree que la carne con la que lo alimentan es una pelota de fútbol que mueve de aquí para allá y de allá para acá.
ADEMÁS: Le presentamos a La Cocodrila, el reptil que ama la soledad
Así transcurre la vida de este cachorro, quien dentro de poco tiempo se convertirá en un adulto que quizá dejará de lado los juegos que ahora lo entretienen y no permiten que se dé cuenta de lo rápido que está creciendo.
De lo que sí podemos estar seguros usted y yo, es que Gurín siempre estará rodeado de mucho amor, pues es el animal más consentido de todo el zoológico. Si lo visita, acuérdese de que no le pase lo que a mí me sucedió… ja, ja, ja, ja, ja…