Pero les diré que este municipio de Francisco Morazán es mucho más que eso, pues para comenzar se localiza en las faldas de la Reserva Biológica de Uyuca, considerada el pulmón de la región.
Y no se trata de una reserva común y corriente, pues al ingresar ustedes podrán conocer el paraíso, o al menos ese fue mi caso.
El lugar tiene un jardín hermoso lleno de flores, árboles frutales y bambú, que conduce a los senderos escondidos entre pinares.
Al caminar se podrán percatar que la zona conserva decenas de fuentes de agua, lo que según sus guardarecursos permite abastecer a 14 comunidades de Tatumbla.
Después de 10 minutos de recorrido se observa una laguna (artificial), pero además de la vista se siente un aroma a pino mezclado con árboles frutales.
Esta área protegida alcanza en su punto más alto 2,006 metros sobre el nivel del mar y en sus selvas boscosas protege especies de aves, mamíferos y hasta un anfibio endémico.
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La reserva es protegida y cuidada por la Escuela Agrícola Panamericana Zamorano y la alcaldía de Tatumbla, pero lastimosamente el acceso es restringido y solo pueden ingresar personas que realizarán investigaciones o trabajos educativos.
Pesca deportiva
Tatumbla es un pueblo que aún tiene vestigios coloniales desde su creación en 1684.
Su cercanía con Tegucigalpa (apenas 13 kilómetros) ha permitido que tenga mayor crecimiento poblacional.
Pero no solo eso, aunque a simple vista parece un lugar olvidado, tiene potencial para ser un atractivo turístico único en la región.
En lo personal quería conocer un lugar diferente y para mi sorpresa me encontré con el paraíso de las lagunas.
Sus habitantes la conocen como la casa de Wilson 'fish' (Wilson pez), pero no crean que es su nombre, es el apodo que ha recibido por crear en la zona el primer lugar de pesca deportiva.
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Son al menos 11 lagunas repletas de tilapias, peces guapotes, black bass, catfish y langosta australiana.
En el lugar las personas pueden atrapar sus propios peces, cocinarlos y pasar un momento agradable en familia o amigos.
Y si no saben pescar no se preocupen, allí les enseñan y hasta llega a ser entretenido. Eso sí, deben tener paciencia, aunque yo en los primeros 10 minutos pude atrapar un pez.
En la casa de Wilson también pueden dar un paseo a caballo y caminar, ya que la vivienda se encuentra rodeada de bosques llenos de pinares. Otra parte de esta Honduras bella.
Cafeterías
Lo mejor que tiene Tatumbla es su gente humilde y servicial, aunque si hablamos de comedores y cafés les recomendaría el Café de Lupita.
En este sitio podrán degustar de un delicioso aromático, pero también de bellos murales y si tienen suerte también de una tarde cultural. Según su dueña, intentan fomentar el arte, la cultura y la buena música, especialmente si es jazz y rock.