BRUSELAS, BÉLGICA.- Una ONG logró ganar un litigio que venía enfrentando desde hacía tres años, en el que pedía la autorización para abrir el primer
'buzón' para dejar a bebés recién nacidos que no fueran deseados por sus familias.
El proyecto busca que los padres puedan renunciar a su hijo de forma anónima, sin riesgos a ser señalados, según representantes de la Organización No Gubernamental Corvia.
Sin embargo, luego de que en 2017 dicha organización ganara la posibilidad legal de instalar el centro, el entonces alcalde, se negó a permitirlo.
Una vez abierta, esta contendrá una cuna acondicionada para el recién nacido, además de una pieza de un rompecabezas, con la cual, según la ON'G, la persona podrá reconocer a su bebé cuando fuere grande si vuelven a encontrarse.
La madre, padre o tutor del menor también tiene la opción de dejar sus datos para que el centro pueda contactarlas si así lo deciden eventualmente.
El proyecto busca que los padres puedan renunciar a su hijo de forma anónima, sin riesgos a ser señalados, según representantes de la Organización No Gubernamental Corvia.
Pelea legal
La noticia no es inusual para todos los belgas, ya que el primer buzón de bebés se instaló hace 20 años, 55 kilómetros al norte de la capital.Sin embargo, luego de que en 2017 dicha organización ganara la posibilidad legal de instalar el centro, el entonces alcalde, se negó a permitirlo.
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Ahora, la actual autoridad de la ciudad, Ridouane Chahid, sí avala el proyecto.
'Nos felicitamos, porque cada niño debería tener derecho a un futuro', declaró la portavoz de Corvia, Mathilde Pelsers, al tiempo que adelantó que planean abrir el 'buzón' oficialmente a principios de octubre.
Funcionamiento
La persona que ya no desee tener el bebé en su poder, debe llegar hasta el centro, pararse frente a la ventana del buzón y empujar la puerta de color verde.Una vez abierta, esta contendrá una cuna acondicionada para el recién nacido, además de una pieza de un rompecabezas, con la cual, según la ON'G, la persona podrá reconocer a su bebé cuando fuere grande si vuelven a encontrarse.
La madre, padre o tutor del menor también tiene la opción de dejar sus datos para que el centro pueda contactarlas si así lo deciden eventualmente.
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Las personas que acudan a seguir el procedimiento deben estar seguras del paso que darán, ya que la institución advierte que no habrá oportunidad de retractarse una vez la puerta se haya cerrado.
Finalmente, una alarma se activa cuando la persona se aleja, este será el aviso para que el conserje pueda tomar al bebé sin ser visto por la persona que lo dejó ahí (esto garantiza el anonimáto del padre del niño y de los colaboradores del centro).
El recién nacido es llevado a un chequeo médico y luego es entregado a las autoridades competentes.