Manolo tiene la primera cena con la familia de su novia; antes de pasa por una farmacia: -Oiga, me da un preservativo, porque esta noche tengo la cena con la familia de mi novia, después de tres meses de salir con ella, y después de la cena, a ver si cae.
El farmacéutico va a buscar el preservativo, pero Manolo lo piensa mejor y dice: -Mejor me pone dos porque esta chica tiene una hermana que no está nada mal e igual cae también.
El farmacéutico regresa por otro preservativo y Manolo dice: -Bueno, mejor me va usted a dar tres porque la madre es una cachonda que pone los cuernos a su marido y ya metidos en harina...
Llega la hora de la cena y tenemos al Manolo comiendo sin quitarse la gabardina, con el cuello subido y la cabeza agachada.
Al acabar, cuando han salido de la casa, va la chica y le dice: -¡Manolo, no sabía que eras tan tímido! -Ni yo que tu padre era farmacéutico...
Entra un señor en un bar y el camarero le pregunta:
- ¿Qué quiere?
- ¿Que qué quiero? Una casa más grande, tener más dinero, que mi mujer sea más guapa.
- No, hombre, ¿que qué desea?
- ¿Que qué deseo? Tener una mansión, ser millonario, que mi mujer sea estupenda.
- ¡No hombre! ¿Que qué va a ser?
- ¿Que qué va a ser? Yo prefiero que sea chica, pero si es un niño no me importa.
- ¡No hombre! ¿Que qué va a tomar?
- ¡Ah, hombre, eso se dice antes! ¿Qué hay?
- Pues nada, por aquí, como siempre detrás de la barra...
Estaba un hombre dándole de comer a sus cerdos cuando se presenta otro hombre muy arreglado y le pregunta:
-¿Usted qué le da de comer a sus cerdos?
Y responde el otro:
-¿Yo? Porquerías y residuos, todo lo que encuentro.
A esto responde el hombre arreglado:
-¿Le parece a usted bonito? Pues 10,000 de multa porque soy inspector de sanidad.
Al otro día se presenta otro hombre también muy arreglado y le pregunta:
-¿Usted que le da de comer a sus cerdos?
Y responde:
-¿Yo? Lo mejor que tenga como: salmón ahumado, langostinos... Y responde el hombre arreglado:
-¿Le parece a usted bonito con la de niños que se mueren de hambre y dándole exquisiteces a sus cerdos? Pues 3,000 de multa porque soy de UNICEF.
Al siguiente día se presenta otro hombre y le pregunta lo mismo y a esto responde el dueño de los cerdos:
-Pues mire usted, yo les doy 30 lempiras y que se compren lo que quieran...
-¡Soldado Miralles!
-¡¿Sí, mi capitán?¡
-No lo vi ayer en la prueba de camuflaje.
-¡Gracias mi capitán!
Un día la esposa le pregunta a su marido:
-¿Qué hiciste con el libro titulado “Cómo pasar de los 100 años”?
-Los metí en la caja fuerte del banco, tenía miedo de que lo viera tu madre y le diera por leerlo.
Acá están los mejores
Un señor decide averiguar qué es lo que hace un empleado suyo que sale a la calle sobre las 11:00 y regresa a la 1:00 cada día. Contrata a un detective y a la semana este le dice:
- Cada día a la misma hora sube a su carro, va a su casa, hace el amor con su mujer, se fuma uno de sus puros y vuelve al trabajo.
- Ah, menos mal, creía que podía estar haciendo algo malo en ese tiempo.
- Me parece que no me ha entendido, lo voy a tutear: sube a tu carro, va a tu casa...
Le pregunta el marido a su mujer:
- María, si te tocaran cien millones con la quiniela, ¿me dejarías de querer?
- No, mi vida. Pero te echaría mucho de menos.
Ayer hacía tanto frío que hasta vi a un político con las manos en SUS propios bolsillos...
En una cárcel, un preso comenta indignado a su compañero de celda:
- Es un poco ridículo lo que están haciendo conmigo.
- ¿Por qué?
- Porque me metieron aquí por robar pan, y ahora me lo traen gratis todos los días.
Para los niños...
- Mamá, mamá, ¿qué día nací yo?
- El 20 de mayo, hijo.
- ¡Ah, qué coincidencia, nací el mismo día de mi cumpleaños!
- Me da miedo el deporte ese en el que se ponen a pelear dos con espadas.
- ¿Esgrima?
- No. Es miedo, miedo.
- Cariño, ya acosté al niño y está la cena en el horno.
- Pero si en la cama hay un pollo...
- ¡Apaga el horno! ¡APAGA EL HORNO!
- Hola. ¿Está Agustín?
- No, la verdad es que estoy incomodín.
- ¡Papá, mira el cielo! ¡Está lleno de botoncitos de “Favorito”!
- ¡Estrellas, niño! ¡Se llaman estrellas!
- Mamá, mamá, ¿la abuela es fosforescente?
- No hijo, ¿por qué?
- ¡Entonces se está electrocutando!
-¿Cómo habrá sido el grito que le dio mi vecina al niño, que hasta yo ordené mi cuarto?
- Cariño, creo que estás obsesionado con el fútbol y me haces falta.
- ¡¿Qué falta?! ¡¿Qué falta?! ¡Si no te he tocado!