Recientemente Netflix puso a disposición de los usuarios la película española 'Verónica'. El filme del director Paco Plaza traspasó las fronteras y se convirtió en uno de los más recomendados por su trama que está basada en el 'expediente Vallecas', el único informe policial de España que expone sucesos paranormales.
El caso real data de noviembre de 1992, cuando la Policía Nacional de España redactó el informe sobre Estefanía Gutiérrez Lázaro, una joven originaria de Vallecas que murió en extrañas circunstancias después de jugar la ouija.
Los agentes visitaron la casa de la joven debido a una llamada inquietante de sus familiares, que aseguraron no poder dormir tranquilos desde que la adolescente falleció en el Hospital Gregorio Marañón de Madrid. El examen forense determinó 'muerte súbita y sospechosa'.
¿Qué dice el 'expediente Vallecas'?
José Pedro Negrí, el inspector que estuvo a cargo del caso, junto a otros cuatro agentes llegaron a la casa ubicada en la calle Luis Marín de Madrid.
El expediente dice que 'pudieron oír y observar cómo una puerta de un armario perfectamente cerrada, cosa que comprobaron después, se abrió de forma súbita y totalmente antinatural'.
Además expone que 'momentos después pudieron percatarse y observar cómo en la mesita que sostenía el teléfono y, concretamente, en un mantelito, apareció una mancha de color marrón consistente identificada como babas'.
Al final la familia Gutiérrez Lázaro vendió la casa y los inquilinos que lo ocuparon después aseguraron que nunca han oído ni visto nada raro. Aún no hay explicación lógica o científica sobre la historia real que inspiró la película 'Verónica'.
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Ouija
Estefanía Gutiérrez Lázaro jugó la ouija con sus compañeras de colegio para contactar al novio de una de ellas, que murió en un accidente de moto. Hicieron varias sesiones, pero una vez fueron descubiertas por una maestra y terminaron el juego sin despedirse.
La familia asegura que desde ese momento Estefanía empezó a 'sufrir convulsiones, alucinaciones y escuchar voces aterradoras'.
Su salud empeoró tanto que en agosto de 1991 fue ingresada en el Hospital Gregorio Marañón de Madrid y falleció en extrañas circunstancias.