Una familia hondureña del municipio de El Progreso, Yoro le aseguró a los medios de comunicación de ese sector que recibieron una llamada de una de sus hijas a quien habían enterrado hace unos 17 años.
De acuerdo a la familia, ellas recibieron el cuerpo de su hija Karen Norales hace casi dos décadas, luego de que muriera ahogada en río fronterizo entre Guatemala y México, por lo que realizaron el debido sepelio. Sin embargo, confesaron que nunca vieron el cadáver, porque el féretro venía sellado.
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“Yo enterré un ataúd acá, pero la posibilidad de que esté viva solo Dios sabe y yo pienso que algún día la voy a encontrar viva, porque esa llamada, si yo la hubiese recibido, sería diferente”, comentó la mamá de Norales, quien dijo que cuando su hija llamó, ella no se encontraba.
La mujer confesó que su retoño pidió hablar con ella y que le dijo a quien atendió la llamada que se encontraba con vida. “La desgracia fue, que cuando el papá va a atender a hablar, ya la llamada ya se había cortado”, recordó la progreseña.
Para confirmar la veracidad de la noticia, la familia ha solicitado la exhumación del cadáver que sepultaron hace 17 años para verificar si enterraron a alguien que no conocían.
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