El inspector general del cuerpo afirmó en un informe sobre el incidente registrado el 4 de febrero que el intruso, quien entró sin autorización a la Base Andrews, llegó hasta el avión de transporte C-40 que había en la pista, pero no estuvo cerca ni del Air Force One ni del Boeing 747 utilizado por el secretario de Defensa.
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La base, situada en el sur de Washington, es desde donde el presidente, el secretario de Defensa y otros altos funcionarios estadounidense despegan para sus viajes oficiales.
Es también el punto de llegada para visitantes VIP como los jefes de Estado extranjeros.
Por esa razón, la seguridad es siempre muy severa. Pero este hombre, que no fue identificado, pudo ingresar a la base y pasear por cinco horas por la zona de comidas, la terminal VIP y otros lugares hasta que finalmente llamó la atención.
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Lo consiguió, además, pese a dar señales de que no saber dónde estaba y de su particular apariencia: 'Llevaba en la cabeza una gorra brillante roja o rosa que cubría parcialmente sus orejas y con unas llamativas bolas arriba que parecían pequeñas orejas de ratón', según el informe.