Jenna Fry, la joven que se dio a conocer por sufrir de una extraña alergia a la señal de Wi-Fi que los módems y aparatos móviles modernos emiten, pudo haberse quitado la vida motivada por esa insólita enfermedad.
La joven murió de asfixia tras colgarse de un árbol cerca de su casa en Oxon, Inglaterra, dice un medio británico.
Sus padres aseguran que Fry experimentaba agotamiento, jaquecas y problemas de vejiga cuando estaba cerca de una señal inalámbrica debido a la hipersensibilidad electromagnética que sufría.
Lo más difícil para la adolescente era que a pesar de que sus padres eliminaron toda señal inalámbrica en su casa, lugares como la escuela y otros sitios seguían transmitiendo estas ondas que le provocaban malestar.
Fry también tenía problemas de comportamiento en la escuela y su mundo estaba siendo muy afectado. Este pudo haber sido el motivo que orilló a la muchacha a quitarse la vida.
Aun no existen datos médicos que confirmen la existencia de una enfermedad causada por el Wi-Fi.