TEGUCIGALPA, HONDURAS.-¿A qué se dedica una persona de los cincuenta años en adelante?
De acuerdo con un último estudio de las Universidades de Harvard y Salamanca...
...los “cincuentones” se dedican, entre otras, a estas actividades:
- LA BANCA
- LA BOLSA
- LA INVESTIGACIÓN
- LA AVIACIÓN
- LA PRÁCTICA DE IDIOMAS
- LA PRÁCTICA DEL YOGA
- LA PRÁCTICA DE TROTE...
¿Cómo así?
- Pues a LA BANCA, de los centros comerciales o parques donde se la pasan buena parte del día (cabeceando); a LA BOLSA del mercado que tienen que carga o a sacar la bolsa de la basura; a LA INVESTIGACIÓN: ¿Dónde dejé las llaves? ¿Dónde puse la cartera? ¿Qué se me harían los anteojos?; a LA AVIACIÓN: vuela por los medicamentos, vuela a apagar la luz, vuela a la Emergencia; a la PRÁCTICA DEL YOGA: ¡YOGAsto mucho!,¡YOGano muy poquito!; a la PRÁCTICA DEL TROTE: porque si no corre, se orina!
¿Sabe usted cuál es el elemento químico de los jubilados?
¡El zinc! Porque todo lo deben comer... ¡Zinc_dulce! ¡Zinc_grasa!
¡Zinc_sal! ¡Zinc_harinas!, y se la pasan todo el tiempo Zinc_ dinero!
-Señor cura, ¿aquí apartan a las mujeres del mal?
-Sí, hijo mío.
-Pues apárteme dos para el sábado por la noche.
Estos son dos amigos que se encuentran y uno le dice al otro:
- ¿Y a ti cómo te va con todo lo que está pasando con la crisis?
- La verdad es que ahora más que nunca duermo como un bebé.
- ¿En serio? Me dejas sorprendido.
- Sí, me despierto cada tres horas llorando.
Una mujer de 25 años le cuenta a una amiga sobre su matrimonio con un señor de 75 años.
Es tan caballero... me trae flores todos los días, me regala bombones, me lleva de paseo, fuimos de vacaciones a Hawái, me compra ropa todas las semanas, me lleva al cine, al teatro, de cenas a los mejores restaurantes, joyas.
- ¿Y en la cama? - pregunta la amiga.
- En la cama hacemos el tratamiento.
- ¿Qué tratamiento?
- Él trata y yo miento.
En la escuela, la maestra dice:
- A ver Luis, ¿cómo te imaginas la escuela ideal?
- ¡Cerrada, maestra!
Llega Tomás a un hotel y pide habitación.
El encargado le dice que sólo tiene una cama en un cuarto compartido, la cual nadie quiere porque el otro huésped ronca muy fuerte.
Tomás le responde que no hay problema y decide compartir la habitación.
A la mañana siguiente el encargado le pregunta si durmió bien.
- Perfectamente -responde Tomás.- ¡Muchas gracias!
- ¿Y el señor de los ronquidos?
- Mire, apenas entré en la habitación, le di un beso en la mejilla y una palmadita en la nalga. ¡Y se pasó toda la noche con los ojos abiertos y las nalgas pegadas a la pared!