Investigadores de la Academia de Ciencia de Rusia entrenan a cuatro monos que serían enviados a una misión especial en Marte.
Los primates, elegidos por su inteligencia, habilidades cognitivas y facilidad para aprender son parte de un largo y cuestionado programa.
Los cientificos esperan tener listos a los animales para que en 2017 sean enviados al plantea rojo.
El equipo, dirigido por Inessa Kozlovskaya, capacita a los monos para controlar un “joystick” y acertar un objetivo destacado por un cursor. Al completar la tarea con éxito se les recompensa con un sorbo de jugo.
El entrenamiento dura tres horas diarias. Al culminar esta primera etapa se les enseñará a cada uno de los monos a resolver tareas de matemáticas y acertijos.
Al final de su formación los simios deben ser capaces de completar y de recordar un programa diario.
'Lo que estamos tratando de hacer es que sean tan inteligentes como sea posible para que podamos utilizarlos para explorar el espacio más allá de nuestra órbita', dijo la experta Kozlovskaya.
Otro de los objetivos es que los mismos primates sean capaces de entrenar a otros.
Terminar con el entrenamiento
La organización de los derechos de los animales, PETA exige que terminen con esta práctica.
PETA emitió un comunicado en el que exige a la Agencia Espacial Federal Rusa detener este programa cruel de enviar cuatro monos rhesus a Marte en 2017.
'Los animales no son astronautas y, a diferencia de los humanos voluntarios, no puede dar su consentimiento a arriesgar su vida en una misión hacia lo desconocido', dice la misiva de PETA.
'Los primates son animales sensibles e inteligentes, y experimentan miedo extremo y el estrés durante los años de pruebas y entrenamientos previos a una misión', se lee en el texto publicado en el sitio de la organización.
Y añaden: 'Si estos cuatro monos se envían al espacio de lo que puede ser una misión suicida, van a estar absolutamente aterrorizados y confundidos acerca de lo que está sucediendo con ellos'.
De acuerdo con el tabloide de noticias inglés Daily Mail el primer primate en viajar al espacio fue Albert I en junio de 1948 en el cohete V-2. Se asfixió y murió durante el viaje.
