Empleos

Deshágase del entorno tóxico

La toxicidad laboral se refleja de diferentes formas, pero existen pasos básicos que marcan la diferencia

19.11.2018

Tegucigalpa, Honduras
¿Presentarse al trabajo le parece una tortura? Un ambiente laboral tóxico es aquel en donde las personas que lo integran no logran convivir en armonía. Si esta descripción la percibe de forma personal, puede que el desarrollo de este tema sea de su interés.

Según Jorge Luis Mejía, fundador del Centro de Crecimiento de Recursos Humanos (Crecerh), este tipo de ambientes se caracteriza por la existencia de constantes faltas de respeto, de comunicación y de empatía, además de una clara hostilidad que trae como resultado el deterioro del clima laboral.

“Normalmente existen conflictos ya sea entre los mismos colaboradores, o entre estos y sus jefes. Hay disputas de poder arraigadas con malos hábitos como la envidia, el egoísmo y el chismorreo. Incluso tiende a haber acoso psicológico, sexual y emocional”, apuntó el experto.

Existen causas estructurales y humanas que generan un ambiente laboral tóxico. Entre estas destaca la falta de liderazgo y autoridad por parte de los jefes y autoridades de la institución. A esto se le suma la ausencia de normas internas de comunicación y de trabajo en equipo, la inexistencia de metas y propósitos claros, la falta de integración de valores corporativos, así como de una cultura interna que promueva este tipo de acciones.

A su vez, Mejía mencionó que hay factores intrínsecos involucrados, “puede ser que las personas que lleguen a la institución arrastren viejos hábitos o prácticas poco favorables, y a través de estas contaminen a otros miembros del equipo, con lo que ocasionan que el ambiente se vaya deteriorando”, explicó.

Las consecuencias de lo anterior son varias. En primer lugar, se genera un nivel de ausentismo y de rotación elevado en la empresa, luego surge un menor desempeño y productividad en los colaboradores.

Con el tiempo salen a flote mayor cantidad de conflictos y disputas, un incremento de demandas legales por parte de los colaboradores hacia la institución, una ineficacia en el logro de los objetivos establecidos, y un aumento de renuncias y despidos dentro del trabajo.

Ahora bien, para poder contrarrestar este tipo de efectos, el especialista asegura que es importante hacer un estudio de clima laboral, examinando los factores que puedan estar afectándolo. “Un diagnóstico de cómo se encuentran las cargas de trabajo de los colaboradores, mediante una encuesta de clima laboral, es lo primero que se debe hacer”.

Una vez que se detecta el problema, Mejía recalcó que se deben hacer intervenciones puntuales en las jefaturas o cabezas de la organización, hasta llegar a los colaboradores. En los casos extremos, las empresas deberán optar por desvincular a las personas que se resistan a los cambios y a las mejoras que se quieran implantar.

“A nivel personal, si uno está viviendo en este tipo de ambientes, es indispensable conversarlo, comunicarlo y exteriorizarlo de manera profesional y contribuir con la solución más próxima”, finalizó el experto.