TEGUCIGALPA, HONDURAS.- ¿Reconoce usted las características de una persona tóxica? “Sí”, respondería usted, “son personas negativas, egoístas o ensimismadas”. Pero, ¿y si el nocivo es usted? El comportamiento histriónico y pasivo-agresivo crónico es difícil de autoidentificar y aún más difícil de erradicar.
Suele confundirse con un mecanismo de autodefensa válido, pero destruye las buenas intenciones y reduce la producción laboral de todos pues incomoda hasta a los más pacientes. Así que, mientras lee los siguientes aspectos analice de forma honesta si reconoce en usted algunas de las características que se enmarcan dentro de lo “socialmente nocivo”.
Actitudes pasivo-agresivas
Este es el mejor y más clásico ejemplo de una personalidad tóxica. Ignorar o aislar a otros como “castigo” por no haber cedido a su solicitud (justificada o no), desequilibrar la homeostasis de la oficina porque se siente amenazado por las capacidades y habilidades de un compañero o contestar con respuestas sarcásticas o venenosas para airear una frustración de forma asolapada son señales inequívocas y alarmantes de pasivo-agresividad.
Algunos incluso abrigan rencores pasivamente para después soltarlos agresivamente al tener la oportunidad que creen idónea o se la pasan haciendo comentarios indirectos por no tener el valor de abordar los temas de frente.
Ponga los pies en la tierra y enfrente la realidad. Sea asertivo: comuníquese siempre con suficientes detalles, seguridad, claridad y anticipación. Desarrolle la empatía para imaginarse en los zapatos de la otra persona para encontrar la mejor manera de hacerse entender de forma precisa y así evitará malos entendidos o conflictos innecesarios. No se permita ser el causante de las nubes negras dentro de la oficina.
Narcisismo y egocentrismo
Cuando una persona cree, espera y exige que todo y todos giren a su alrededor, su nivel de contaminación emocional afecta a los demás, tal como un vehículo con emisiones descontroladas afecta y ofende a los conductores en derredor y es letal para el medio ambiente y la salud pública.
Muchos actúan con egoísmo al ser impuntuales, desconsiderados o no comunicar con suficiente tiempo y claridad sobre cambios en plazos, citas o circunstancias que también afectan a segundos o terceros.
Si usted se identifica con esas actitudes, deténgase, sea profesional y aprenda a organizarse mejor. Además, evite caer en la egocéntrica necesitad de hacer que toda conversación con sus compañeros de trabajo gire en torno a sus logros, posesiones o usted mismo, aun si usted está pasando por un período difícil, depresión, ansiedad, problemas familiares, sentimentales o de salud.
Cuando esté en grupo, escuche más y hable menos. Déjele la oportunidad de brillar a otros y solo si los demás dirigen la plática en torno a usted permítase abordar temas personales. Hable sólo cuando tenga insumos positivos y útiles que aportar a una conversación.
Satisfacer su necesidad de validación externa sólo incrementa su ego pero reduce exponencialmente su autoestima y lo convierte en alguien tóxico.
Si siente que las arriba mencionadas situaciones le describen personalmente, no se preocupe. Está a tiempo para cambiar hacia algo mejor y eliminar estos aspectos tóxicos en todo nivel de su vida. Florezca y deje que otros florezcan. Corte de raíz las actitudes destructivas de su vida y haga de este año uno significativo y memorable en su carrera seglar