Desarrollar una compañía a partir de una idea original y triunfar no es nada fácil, pero es mucho más difícil haber conseguido el éxito y ver cómo en apenas unos pocos años todos sus logros se vienen abajo...
Eso es lo que le ha pasado a gigantes como Nokia, BlackBerry y Motorola, que pasaron de ser una mina de oro y una referencia para el consumidor a convertirse en una especie de zombis de los que la gente huye porque ven sus productos casi como objetos de museo.
¿Qué causa este fenómeno devastador?
Expertos lo llaman innovación disruptiva, un cambio tecnológico no necesariamente revolucionario, pero que trastoca para siempre los hábitos de los consumidores. No tiene tampoco por qué responder a una necesidad real como los grandes inventos industriales.
El analista Richard N. Foster estima que cuando las compañías alcanzan determinado tamaño tienden a dejar de innovar y son devoradas por unas nuevas, en un proceso que se está acelerando cada vez más. Para apoyar su teoría utiliza datos empíricos. La longevidad media de las empresas en el S&P 500 -el índice que incluye a las 500 empresas más valiosas que cotizan en Estados Unidos- era de 61 años en 1958, se redujo a 25 años en 1980, y ahora es ya solo de 18 años, y aún más alarmante para las que a la fecha pertenecen a tan selecto club.
Desde 2002, firmas tecnológicas líderes como Google, Amazon, Salesforce, eBay, Comcast y Netflix han entrado en el S&P 500; mientras que otras como Kodak, The New York Times, Palm y Compaq han salido. No obstante, algunos gigantes como Apple, Intel y Yahoo! siguen vivas.
HP abandonó la emblemática lista de los poderosos el mes de septiembre. La única que ha sobrevivido desde su estreno es General Electric. Según Foster, la vida útil de una compañía está determinada por el equilibrio de tres imperativos de gestión, la ejecución de operaciones de manera eficaz, la creación de negocios que cumplan con las necesidades del cliente y descartar los negocios que, aunque en el pasado fueron la línea principal de ingresos, ahora ya no cumplen los estándares de crecimiento y retorno de beneficios.
El elemento disruptivo que causó la agonía de Nokia fue el iPhone, el aparato con el que Apple se estrenó en la telefonía móvil en 2007. No era el primer teléfono táctil (HTC lo había sacado antes) y las redes aún no estaban preparadas para explotar todas sus funcionalidades, pero desató el fervor de los consumidores, incluyendo los de aquellos que no podían vivir sin su sencillo Nokia 1100, que entonces era aclamado como el aparato más vendido de la historia.
Solo en lo que va de este año Apple ha vendido 150 millones de iPhones y gracias a este y otros productos como el iPad, la marca de la manzana mordida se ha convertido en la más valiosa del mundo, superando en 200,000 millones de dólares de capitalización a Microsoft.
La compañía fundada por Bill Gates se muestra incapaz de introducir su sistema operativo, líder en los PC, en los móviles para hacer frente al Android de Google y al iOS de Apple, dominadores absolutos del mercado.
Pero Apple tampoco es inmune a esa obsolescencia (no programada) de las firmas tecnológicas. Su liderazgo empieza a proyectar sombras. Si para hacer frente a su iPhone sus rivales han necesitado cinco años, su tablet iPad ha perdido la mayoría del mercado en tres años y ahora detenta una cuota del 46%.
En el último año, la coreana Samsung, su máximo rival, ha ganado dos puntos de cuota en los smartphones (teléfonos inteligentes) hasta alcanzar el 35.2%, mientras que Apple ha perdido más de dos puntos, y ya solo tiene el 13.4%. En el último trimestre su beneficio cayó un 8.6%, mientras que el de la coreana subió un 25.4%.
¿Sufrirán Google y Apple el mismo destino que Nokia?
Los expertos aseguran que Google sigue siendo un jugador activo en múltiples campos, con mayor o menor éxito, y Apple, más allá de la polémica sobre su ausencia de empuje innovador en la era post-Jobs, es la marca más valorada en el mundo y no parece que corra grandes riesgos, pues Cupertino seguirá produciendo novedades exitosas. “Y el riesgo de un competidor chino a su nivel aún parece lejano”, señala Manuel Gimeno, director de la Fundación Orange y del Informe eEspaña.
Hay quienes piensan que tras la decadencia de las tecnológicas europeas, con Nokia como símbolo, ahora le toca el turno a las norteamericanas... BlackBerry y Motorola están en la lista. La amenaza viene de Asia, y no solo de las marcas consolidadas coreanas como Samsung o LG, sino de las emergentes firmas chinas que ya no se conforman con ser fabricantes.
Envejecimiento inverso
Por su parte, Asensio, de Oliver Wyman, apela al “envejecimiento inverso” propuesto recientemente por Nassim Taleb en su libro Antifragile, que sugiere que cuanto más dure una tecnología más probabilidades tiene de permanecer por más tiempo en el mercado.
En este sentido, opina que aunque Google y Apple tienen que pasar el test del tiempo, a medida que estas empresas cumplen años con éxito se demuestran a sí mismas y al mundo que dominan los factores de supervivencia y al hacerlo prolongan aún más su éxito y su permanencia en el mercado.