TEGUCIGALPA, HONDURAS.- Si la diferencia entre vivir o morir estuviese definida por la oportunidad de actuar a tiempo, ¿por qué seguir esperando? Cuando de cáncer de mama se trata, la detección temprana se convierte en un salvavidas que se tiñe de color rosa.
En octubre del 2023 (mes dedicado anualmente a la sensibilización sobre el tema) la Fundación Hondureña contra el Cáncer de Mama (Funhocam) señaló que alrededor de tres mujeres son diagnosticadas diariamente con esta enfermedad en el país. Según sus datos, el 61% de las pacientes son jefas de hogar y el 42% menores de 40 años.
“Honduras sigue ocupando el primer lugar en incidencia de cáncer y el segundo por muerte de cáncer de mama en los últimos tres años”, se detalló desde el organismo.
Mientras que, de acuerdo con información de la Organización Mundial de la Salud (OMS), con fecha de noviembre de 2022, se prevé que una de cada 12 mujeres enfermará de este mismo padecimiento a lo largo de su vida.
Métodos de detección temprana para el cáncer de mama
El diagnóstico precoz, es decir, antes de la manifestación de cualquier señal evidente de alerta, es esencial porque aumenta la probabilidad de que el tratamiento a implementar sea más eficaz. Eso es algo que, como norma general, hay que tener presente en todo momento.
Una parte importante de la salud de los senos consiste en saber cómo lucen y se sienten habitualmente. Aunque es ideal hacerse pruebas de detección periódicas, las mamografías no encuentran todos los cánceres de mama; esto significa que también es preciso que esté al pendiente de cualquier anomalía que pueda observar, sentir o palpar. Y una vez las alarmas suenen, ignorarlas no es opción.
El signo más común de la presencia de esta enfermedad es un bulto nuevo. Una masa no dolorosa, dura y con bordes irregulares tiene más probabilidades de ser cáncer, aunque los tumores cancerosos del seno también pueden ser sensibles a la palpación, blandos y de forma redondeada. En ocasiones llegan a causar dolencias.
Entre otras posibles señales están: hinchazón de todo el seno o parte de él (aunque no se sienta un bulto); formación de hoyuelos en la piel (a veces parecido a la cáscara de una naranja); dolor en el seno o en el pezón; retracción (contracción) de los pezones; piel del pezón o seno roja, seca, descamada o gruesa; secreción del pezón que no sea leche materna y ganglios linfáticos hinchados.
Aunque cualquiera de los indicativos anteriores puede ser causado por otras afecciones distintas al cáncer de mama, la presencia de uno o varios signos y síntomas no debe pasar inadvertida. Checarse ante la mínima sospecha de que algo no marcha con normalidad podría hacer una enorme diferencia en su salud y en la de sus mamas. La opinión de un profesional de la salud con experiencia (oncólogo) es innegociable.
Beneficios de la detección precoz del cáncer de mama
Hay que tener en claro que la identificación temprana del cáncer (tanto de mama como de otros tipos) puede facilitar tratamientos menos invasivos y más efectivos, diferencia clave para acceder a vencerlo sin que su cuerpo y mente sufran las últimas consecuencias. La decisión también es suya.
El autochequeo es una de las medidas de descubrimiento de la enfermedad más prácticas y, en algunos casos, tiende a ser muy funcional, además de que puede implementarla desde la comodidad de su hogar. Hacerlo mientras se ducha, parada frente a un espejo o cuando reposa en su cama es lo más recomendable.
En cuestión de minutos le permite identificar esas masas o bultos usualmente firmes que muy a menudo no provocan dolor, así como hundimientos o hinchazones en la superficie de la piel de la mama o de la axila. Asimismo, con solo observar detenidamente puede percatarse de si las venas superficiales en la piel se muestran más visibles en esta área, o si el pezón luce invertido, irritado o con secreción.
Según datos otorgados por Funhocam, alrededor del 70 y 80% de los casos de cáncer de mama son detectados por medio de un autoexamen mensual, lastimosamente muchas veces en estado avanzado. Pero recuerde que no todas las tumoraciones son palpables por medio del tacto, por lo que hay que realizarse una mamografía semestral para complementar el chequeo y volverlo más completo.
Las estadísticas arrojan que ocho de cada diez tumores encontrados en las mamas son benignos, así que, si detecta alguno, no se alarme de inmediato; en su lugar opte por hacerle una visita a su doctor de confianza o a algún centro médico.
Importancia de las mamografías regulares
“El advenimiento de la digitalización ayudó a la radiología e imágenes a hacer a través de la mamografía digital un diagnóstico temprano. Este nos permite detectar anomalías de un milímetro en adelante, o sea cuatro años antes que los palpemos clínicamente”, explicó la cirujana y mastóloga Lía Bueso.
A su vez, la doctora hizo énfasis en que la autoexploración de mamas puede ayudar a que la paciente se realice un diagnóstico temprano, pero que esta alternativa no sustituye el control por mamografía, que detecta lesiones milimétricas.
Por ende, la recomendación en mujeres de 35 años en adelante (ya no de 40 o más) es acudir al centro correspondiente, como mínimo, una vez al año, o de preferencia cada seis meses.
Factores de riesgo y prevención del cáncer de mama
El cáncer de mama abre un debate preocupante en Honduras, debido a que afecta a mujeres en un rango entre 36 y 55 años de edad, según las cifras más actualizadas de Funhocam. Conocer los factores de riesgo es otra opción vigente.
Algunos de los condicionantes que pueden aumentar el riesgo de desarrollar cáncer de mama en algún momento de la vida incluyen la edad, y los antecedentes personales y familiares de la enfermedad. Conocer qué hace a algunas mujeres más propensas que otras es apenas una pauta.
Los casos de carácter hereditario o congénito son cada vez menos frecuentes, y representan entre el 5% y el 10% del total, según la Fundación Hondureña contra el Cáncer de Mama. Estos aparecen cuando se transmiten cambios genéticos, llamados mutaciones, dentro de una familia, de una generación a la siguiente.
Recuerde que “no se conoce con exactitud el origen de este mal, apenas continuamos hablando de factores de riesgo, que también incluyen menstruación temprana, menopausia tardía, abstinencia a dar lactancia y concepción del primer hijo después de los 35 años, entre otros”, apuntó la doctora Bueso.
Sin embargo, es importante recordar que la mayoría de mujeres que padecen este mal usualmente no presentan factores de riesgo evidentes ni antecedentes familiares. Esto significa que la prioridad debe ser estar conscientes de los cambios en sus mamas. También es preciso hablar con los médicos sobre la posibilidad de someterse a exámenes de mama regulares y a mamografías.
Y si bien, con frecuencia, estos indicadores influyen en el desarrollo de la enfermedad, la mayoría no la provocan de forma directa. Algunas personas con varios factores de riesgo nunca muestran señales de cáncer, mientras que otras, aún sin tenerlos, sí lo hacen.
Por supuesto, adoptar un estilo de vida más saludable, que comprometa hábitos y cambios significativos en beneficio de su salud general, es una recomendación atemporal.
Practicar ejercicio físico con regularidad (preferiblemente a diario), alimentarse siguiendo una dieta balanceada, eliminar el consumo de alcohol, abstenerse de fumar, priorizar el descanso por las noches, adentrarse en la meditación o el yoga, disminuir el estrés y acercarse más a pasatiempos como la lectura y la escritura, le harán siempre bien.
Recursos y apoyo para pacientes con cáncer de mama
Más allá de todo el esfuerzo físico que implica tener que enfrentarse a un diagnóstico de cáncer de mama, el aspecto emocional es otro factor, quizá más silencioso y menos considerado, que también se ve fuertemente afectado. Se trata de otro tipo de secuelas que se desprenden de este mal.
Según la psicóloga Patricia Mackay, el primer golpe suele traducirse en un “¿por qué a mí?” Enfrentarse al hecho de que una de las enfermedades más temidas a nivel mundial la identifica como paciente es quizá uno de los eventos más traumáticos en la vida de una mujer. El impacto es gigantesco y múltiple.
“Primero, la persona se enfrenta a la posibilidad de perder la vida; y segundo, podría morir prematuramente y de una forma no natural”, explica, aludiendo a que el apoyo de la familia y otras redes confiables y cercanas es determinante en el proceso.
Asimismo, la modificación de la apariencia física y la amenaza inminente contra la propia identidad femenina no son posibilidades fáciles de digerir. A esto se suma que la repercusión va mucho más allá de la individualidad cuando la mujer tiene hijos, porque la problemática se ve arraigada a su rol de madre.
Y aun recibiendo apoyo, muchas mujeres entran en depresión tras su diagnóstico, por lo que es vital que busquen mecanismos de ayuda para que puedan sobrellevar el impacto de mejor manera. “El estado mental modifica completamente el sistema inmunológico y es difícil tener estabilidad emocional, manejar el estrés y controlar la ansiedad sintiéndose solo”, agregó.
Los psicólogos están preparados para acompañar a las personas en momentos de crisis, en enfermedades terminales, en cuidados paliativos y demás situaciones similares. “La paz mental debe ser un acompañante, por lo que es indispensable llevar un tratamiento psicológico de la mano con la terapia médica.
Si no tiene acceso a un servicio médico profesional de carácter privado, debe saber que, al menos en Honduras, Funhocam ofrece diversas alternativas a las mujeres que buscan hacerle frente a esta enfermedad y ayudar a reducir las tasas de incidencia y mortalidad que han hecho del cáncer de mama una amenaza latente a la salud de las pacientes.