Guía completa
Tegucigalpa, Honduras
Los padres son los encargados de cuidar a los hijos, pero en esta tarea muchas veces cometen el error de sobreprotegerlos, y no les permiten que sus hijos desarrollen su autonomía.
'La autonomía es la habilidad de satisfacer las propias necesidades, empezando por las más básicas, de supervivencia, como la alimentación, la limpieza, la prevención del peligro entre otras. Pasamos luego por otras habilidades de autonomía como dormir y jugar de forma independiente, solucionar problemas, el autoaprendizaje y muchas más', comentó la psicóloga Andrea Herrera de Morales.
El bebé nace absolutamente dependiente de sus padres o cuidadores, y durante los primeros años va desarrollando estas habilidades de forma progresiva desde los primeros meses de vida.
Por supuesto hay que recalcar que los seres humanos no somos totalmente autónomos, formamos redes y dependemos en mayor o menor medida unos de otros. El objetivo no es ser totalmente independiente, sino ayudarle a adquirir las destrezas que exige vivir en sociedad.
Inicialmente, enseñamos al bebé las habilidades de autonomía cuando le ayudamos a mejorar su comunicación y lenguaje, cuando lo acostumbramos poco a poco a permanecer más tiempo solo, cuando fomentamos que exprese sus necesidades, emociones y preferencias.
Luego, el niño pequeño debe ir aprendiendo otras destrezas, muchas de las cuales están relacionadas con su autocuidado, tales como aprender a ir al baño, comer por su cuenta, bañarse solo, vestirse y mantener el orden en casa.
Consejos
• Propicie que su hijo exprese sus necesidades y emociones de forma verbal. Por ejemplo, si el niño desea una fruta, impúlselo a decirlo de manera verbal 'Quiero una fruta, por favor'. Si el niño está enojado por algún motivo, converse con él, explíquele cómo se llama la emoción que está sintiendo y busquen una solución.
• Asigne responsabilidades a su hijo de acuerdo a su edad. Los niños pequeños pueden recoger sus juguetes en una caja, llevar la ropa sucia al canasto, ayudar a arreglar su cama, etc. Más adelante, en la edad escolar, pueden realizar tareas más complejas, como ayudar con el aseo, bañar a la mascota, prepararse comidas sencillas, etc.
• Involucre a su hijo en actividades variadas donde tenga que convivir con diferentes grupos de personas, de diversas edades. Puede ser jugar en un parque, tomar clases de natación, visitar familiares y otras similares.
• Evite la sobreprotección. Muchos padres temen que algo suceda a su hijo al dejarle hacer cosas por su cuenta. Se deben tomar todas las medidas de protección necesarias, supervisar a los niños en todo momento y minimizar el riesgo, pero hay que comprender que siempre pueden suceder pequeños accidentes caseros que son parte del aprendizaje.
• Paciencia. Los padres deben ser conscientes de los niños cometerán errores, muchos errores a lo largo del proceso de aprendizaje. Si el niño está aprendiendo a hacer su cama, por supuesto que no la hará bien las primeras veces, debe tener paciencia y practicar estas destrezas una y otra vez, motivando a su hijo a hacerlo cada vez mejor, valorando el esfuerzo.
• La autonomía, la seguridad en sí mismo y la autoestima van de la mano. Haga que su hijo se sienta aceptado, protegido y amado. Trátelo siempre con amor. El niño debe saber que sus padres estarán ahí para ayudarle cuando tenga un problema y que le ayudarán a buscar soluciones.
Los padres son los encargados de cuidar a los hijos, pero en esta tarea muchas veces cometen el error de sobreprotegerlos, y no les permiten que sus hijos desarrollen su autonomía.
'La autonomía es la habilidad de satisfacer las propias necesidades, empezando por las más básicas, de supervivencia, como la alimentación, la limpieza, la prevención del peligro entre otras. Pasamos luego por otras habilidades de autonomía como dormir y jugar de forma independiente, solucionar problemas, el autoaprendizaje y muchas más', comentó la psicóloga Andrea Herrera de Morales.
El bebé nace absolutamente dependiente de sus padres o cuidadores, y durante los primeros años va desarrollando estas habilidades de forma progresiva desde los primeros meses de vida.
Por supuesto hay que recalcar que los seres humanos no somos totalmente autónomos, formamos redes y dependemos en mayor o menor medida unos de otros. El objetivo no es ser totalmente independiente, sino ayudarle a adquirir las destrezas que exige vivir en sociedad.
Inicialmente, enseñamos al bebé las habilidades de autonomía cuando le ayudamos a mejorar su comunicación y lenguaje, cuando lo acostumbramos poco a poco a permanecer más tiempo solo, cuando fomentamos que exprese sus necesidades, emociones y preferencias.
Luego, el niño pequeño debe ir aprendiendo otras destrezas, muchas de las cuales están relacionadas con su autocuidado, tales como aprender a ir al baño, comer por su cuenta, bañarse solo, vestirse y mantener el orden en casa.
Consejos
• Propicie que su hijo exprese sus necesidades y emociones de forma verbal. Por ejemplo, si el niño desea una fruta, impúlselo a decirlo de manera verbal 'Quiero una fruta, por favor'. Si el niño está enojado por algún motivo, converse con él, explíquele cómo se llama la emoción que está sintiendo y busquen una solución.
• Asigne responsabilidades a su hijo de acuerdo a su edad. Los niños pequeños pueden recoger sus juguetes en una caja, llevar la ropa sucia al canasto, ayudar a arreglar su cama, etc. Más adelante, en la edad escolar, pueden realizar tareas más complejas, como ayudar con el aseo, bañar a la mascota, prepararse comidas sencillas, etc.
• Involucre a su hijo en actividades variadas donde tenga que convivir con diferentes grupos de personas, de diversas edades. Puede ser jugar en un parque, tomar clases de natación, visitar familiares y otras similares.
• Evite la sobreprotección. Muchos padres temen que algo suceda a su hijo al dejarle hacer cosas por su cuenta. Se deben tomar todas las medidas de protección necesarias, supervisar a los niños en todo momento y minimizar el riesgo, pero hay que comprender que siempre pueden suceder pequeños accidentes caseros que son parte del aprendizaje.
• Paciencia. Los padres deben ser conscientes de los niños cometerán errores, muchos errores a lo largo del proceso de aprendizaje. Si el niño está aprendiendo a hacer su cama, por supuesto que no la hará bien las primeras veces, debe tener paciencia y practicar estas destrezas una y otra vez, motivando a su hijo a hacerlo cada vez mejor, valorando el esfuerzo.
• La autonomía, la seguridad en sí mismo y la autoestima van de la mano. Haga que su hijo se sienta aceptado, protegido y amado. Trátelo siempre con amor. El niño debe saber que sus padres estarán ahí para ayudarle cuando tenga un problema y que le ayudarán a buscar soluciones.