TEGUCIGALPA, HONDURAS.- Independientemente del tipo o técnicas de disciplina que usted aplique en su hijo, el objetivo final de su estrategia de crianza debe ser inculcar la autodisciplina.
Esta virtud ayuda a los menores a resistir la tentación de una recompensa inmediata o malsana y a tolerar la incomodidad necesaria para alcanzar sus metas a largo plazo.
Desde elegir apagar la tableta para hacer las tareas hasta resistirse a golosinas extra a espaldas de mamá, la autodisciplina es la clave para impulsar a los niños a convertirse en adultos responsables.
¿Cómo fomentarla?
Primero, es importante proporcionarles una estructura. Establezca una rutina y un horario a los que sus hijos puedan adherirse. Cuando sepan lo que se supone que deben hacer, será menos probable que se descarrilen con otras actividades.
Una rutina matutina puede ayudarles a saber cuándo es el momento de desayunar, peinarse, cepillarse los dientes y vestirse. Otra después de la escuela les enseña a dividir su tiempo entre las tareas del hogar, sus responsabilidades y las actividades de ocio.
Y una rutina constante a la hora de dormir les facilitará conciliar el sueño en tiempo y forma.
“La disciplina es un hábito aprendido donde el cumplimiento constante de las reglas y normas conduce a un resultado positivo, mientras que el incumplimiento conduce a un resultado negativo”, apunta Antonio Escobar, psicólogo y terapeuta familiar.
Pero también es importante que usted les explique a sus hijos la razón detrás de sus reglas. Por ejemplo, en lugar de decir: “Haga la tarea ahora porque yo se lo ordeno”, explique la razón subyacente al mandato. Y diga: “Lo mejor es hacer la tarea ahora, así tendrá tiempo libre en recompensa por el cumplimiento de sus obligaciones”.
Más allá de los castigos
Es importante recordar que los castigos físicos y verbales severos no solo son ineficaces para fomentar la autodisciplina en los niños, sino que también pueden tener consecuencias negativas a largo plazo en su salud integral, tanto física como mental.
-Límites claros y consistentes: Los niños necesitan saber qué se espera de ellos y cuáles son las consecuencias de no cumplir con las reglas. Es importante que los límites sean claros, consistentes y aplicados con calma y firmeza.
-Luchas de poder: Tratar de obligar a un niño a hacer algo en contra de su voluntad no le enseñará autodisciplina. En cambio, es importante fomentar un ambiente de respeto y colaboración donde el niño se sienta escuchado y valorado.
-La toma de decisiones: Ellos necesitan aprender a tomar decisiones responsables y a comprender las consecuencias de su comportamiento. Ayúdeles a analizar las diferentes opciones y a elegir la mejor alternativa.
-Resolución de conflictos: Es normal que los niños tengan dificultades con la autodisciplina de vez en cuando. Cuando esto suceda, es importante trabajar juntos para encontrar soluciones positivas y constructivas.