Salud y Belleza

ITS en mujeres

Las Infecciones de Transmisión Sexual no tratadas tienen repercusiones muy importantes en la salud reproductiva, materna y neonatal. La mayoría pueden curarse.

09.07.2014

Tegucigalpa, Honduras

Escozor, secreción inusual, erupciones, hinchazón y ardor, son algunos de los síntomas que sugieren la presencia de una Infección de Transmisión Sexual (ITS).

Las ITS son infecciones que se propagan principalmente de persona a persona a través de contactos sexuales. Son causadas por más de 30 bacterias, virus y parásitos diferentes transmisibles por vía sexual.

Según la Organización Mundial de la Salud, cada año se producen 448 millones de nuevos casos de infecciones de transmisión sexual curables en personas de entre 15 y 49 años.

Y aunque las infecciones de transmisión sexual afectan tanto a hombres como a mujeres, las últimas son quienes acuden con más frecuencia al médico para tratarlas, mientras ellos tienden a automedicarse en farmacias.

Datos de la Secretaría de Salud de Honduras establecen que la gonorrea, clamidia, sífilis, condilomatosis y herpes, son las enfermedades de transmisión sexual con mayor incidencia sobre la población femenina del país.

Aún cuando las personas tienden a ignorar los síntomas, a excepción de la sífilis que no los causa hasta después de muchos años del contagio, todas estas afecciones pueden detectarse antes de que se compliquen.

Se estima que en los centros de salud del área metropolitana de la capital de Honduras, al menos 40 pacientes acuden en promedio por semana a causa de enfermedades transmitidas por vía sexual.

Consecuencias en la mujer

Las ITS no tratadas tienen repercusiones muy importantes en la salud reproductiva, materna y neonatal.

Algunos, en particular el VIH y la sífilis, también se pueden transmitir de la madre al hijo durante el embarazo y el parto, así como a través de las transfusiones de productos sanguíneos y los trasplantes de tejidos.

La OMS ha señalado las ITS como la principal causa prevenible de infertilidad, sobre todo en la mujer.

Por ejemplo, un 10 a 40% de las mujeres con infecciones clamidiales no tratadas acaban presentando enfermedad inflamatoria pélvica (EIP) sintomática. El daño de las trompas por la infección es responsable del 30 a 40% de los casos de infertilidad femenina.

Además, la probabilidad de tener embarazos ectópicos es 6 a 10 veces mayor en las mujeres que han sufrido EIP que en las que no la han sufrido, y un 40 a 50% de los embarazos ectópicos pueden atribuirse a episodios anteriores de la enfermedad.

Por otra parte, la infección por algunos tipos de papilomavirus humanos puede llevar a la aparición de cánceres genitales, en particular del cuello uterino en la mujer.

Profesionales de la salud sostienen que las bacterias, virus y hongos más comunes entre las pacientes que acuden a consulta médica son: tricomona, cándida albicans, gonococo y treponema palidum.

La tricomoniasis y la candidiasis vaginal, generadas además de estos organismos por cambios en el PH de la vagina de la mujer, también son consideradas ITS.

ITS incurables

Aunque en su mayoría las ITS pueden desaparecer con tratamientos antibióticos, antifúngicos y otros medicamentos, existen virus que permanecen en el cuerpo humano de por vida, una vez que son adquiridos.

Este es el caso del VIH/SIDA que aunque no tiene cura, pueden tratarse con antirretrovirales para mantener la calidad de vida del paciente.

De igual manera pueden medicarse con antivirales las personas que padecen Hepatitis B y Hepatitis C, dos enfermedades transmitidas por contacto con sangre o fluidos corporales.

Prevención

Existen varios factores de riesgo para contraer una enfermedad de transmisión sexual, entre estos: iniciar una vida sexual durante la adolescencia, tener muchas parejas sexuales, tener una pareja sexual que tiene muchas parejas sexuales y no usar un condón o preservativo durante el acto sexual.

Si bien el modo más eficaz de evitar las ITS es no tener relaciones sexuales (sean orales, vaginales o anales) o tenerlas únicamente en el ámbito de una pareja a largo plazo, no infectada y mutuamente monógama, los preservativos masculinos de látex son muy eficaces para reducir el riesgo de infección, siempre que se utilicen sistemática y correctamente.

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