Tegucigalpa, Honduras
El colesterol es un tipo de grasa necesaria para el óptimo funcionamiento del organismo. Aunque muchos órganos lo requieren podría convertirse en un asesino potencial cuando no se controla de forma adecuada.
Es recomendable empezar a realizarse chequeos médicos a partir de los 20 años para determinar si los niveles de colesterol están bien.
Hasta ahora no existe un síntoma contundente que ayude a identificar que se padece de esta condición. Sin embargo los expertos han conlcuido que la presencia de ciertos malestares advierten el desarrollo del colesterol alto:
1. Cierta sensación de pesadez y dolor en la zona hepática y vesicular.
2. Boca pastosa y seca, acompañada de una incómoda halitosis.
3. Pesadez en el estómago y dificultades para llevar a cabo los procesos digestivos, en especial tras ingerir alimentos con altos contenidos de grasa.
4. Eructos, gases e indigestión después de comer.
5. Tendencia al estreñimiento.
6. Ganas de dormir tras ingerir las comidas principales.
7. Dolor de cabeza o migraña.
8. Pérdida del equilibrio y mareos.
9. Dificultades en la visión.
10. Sensación de entumecimiento de las extremidades.
11. Agitación al moverse o hacer actividades físicas. Poder vitar complicaciones y disfrutar de una mejor calidad de vida, depende de
saber interpretar los signos de alerta que presenta nuestro cuerpo.
El colesterol es un tipo de grasa necesaria para el óptimo funcionamiento del organismo. Aunque muchos órganos lo requieren podría convertirse en un asesino potencial cuando no se controla de forma adecuada.
Es recomendable empezar a realizarse chequeos médicos a partir de los 20 años para determinar si los niveles de colesterol están bien.
Hasta ahora no existe un síntoma contundente que ayude a identificar que se padece de esta condición. Sin embargo los expertos han conlcuido que la presencia de ciertos malestares advierten el desarrollo del colesterol alto:
1. Cierta sensación de pesadez y dolor en la zona hepática y vesicular.
2. Boca pastosa y seca, acompañada de una incómoda halitosis.
3. Pesadez en el estómago y dificultades para llevar a cabo los procesos digestivos, en especial tras ingerir alimentos con altos contenidos de grasa.
4. Eructos, gases e indigestión después de comer.
5. Tendencia al estreñimiento.
6. Ganas de dormir tras ingerir las comidas principales.
7. Dolor de cabeza o migraña.
8. Pérdida del equilibrio y mareos.
9. Dificultades en la visión.
10. Sensación de entumecimiento de las extremidades.
11. Agitación al moverse o hacer actividades físicas.
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