Más allá del maullido: El lenguaje de los gatos explicado

TEGUCIGALPA, HONDURAS.- A menudo, se acusa a los gatos de ser apáticos, indiferentes y de creerse los “amos absolutos de los humanos”, en lugar de lo contrario. Sin embargo, su extraña inteligencia y peculiaridad los convierte en animales fascinantes, con comportamientos que resultan casi incomprensibles para humanos.

A diferencia de nosotros, se comunican mediante un lenguaje silencioso compuesto por señales, vocalizaciones e incluso olores. Para arrojar algo de luz sobre estos felinos, hemos recopilado algunas curiosidades que le serán de utilidad para interactuar o fortalecer su vínculo con ellos.

Con sus orejas, los gatos dicen mucho. Por ejemplo, si las dirigen hacia adelante, expresan interés. Si las posicionan a los lados o hacia atrás, denotan excitación o angustia. Si las echan completamente hacia atrás y acompañan con un maullido leve, están indicando amenaza o satisfacción.

El aforismo “los ojos son el espejo del alma” se puede aplicar perfectamente a los felinos. Ellos se comunican a través de sus párpados (abiertos o cerrados) y de la dilatación de sus pupilas (el orificio situado en el centro del iris).

Una dilatación repentina de la pupila suele ser signo de excitación provocada por miedo, interés u otra emoción fuerte. Los ojos bien abiertos denotan confianza, mientras que entrecerrados pueden indicar miedo o agresión.

Por otro lado, los párpados caídos o en estado de somnolencia son indicativos de relajación.Ahora, cuanto más observe a su gato, más fácil será interpretar su lenguaje corporal y comprender lo que le está tratando de comunicar.

La postura de su gato transmite una amplia gama de emociones, desde confianza hasta miedo o sumisión. Para comprender mejor el mensaje completo, es importante aprender a leer tanto las señales de las orejas y párpados como la cola y la vocalización.

Algunos gatos golpean suavemente con sus patas, como si amasaran, lo cual recuerda a la acción que realizaban cuando eran cachorros para estimular la leche materna.

Este comportamiento generalmente indica comodidad y placer. Por otro lado, aunque la exposición del vientre puede ser una señal de confianza, no siempre invita a acariciarlo. En muchos casos, tocar el vientre puede provocar una reacción defensiva. Es una zona vulnerable.