TEGUCIGALPA, HONDURAS.- El cerebro, como órgano principal del aprendizaje, está capacitado para aprender a lo largo de toda la vida. Sobre esta idea se fundamenta la neuroeducación, una disciplina que sostiene que al entender cómo funciona el cerebro y cómo se produce el aprendizaje se pueden mejorar las prácticas pedagógicas y las experiencias educativas.
Tomasa Romero, doctora cubana en Ciencias Pedagógicas con más de una década de experiencia como consultora académica, compartió su perspectiva sobre la neuroeducación y su papel transformador en la enseñanza en el encuentro educativo “Celebrar el aprendizaje”.
¿Qué es la neuroeducación?
La neuroeducación es una disciplina que explora cómo el cerebro procesa el aprendizaje. Según Romero, este enfoque permite a los docentes entender mejor los ritmos individuales de aprendizaje de sus estudiantes y aplicar estrategias pedagógicas personalizadas.
“La neuroeducación no solo optimiza el proceso educativo, sino que también considera los estilos de aprendizaje y las emociones, lo que resulta en un aprendizaje más profundo y efectivo”, afirma.
Beneficios
La conferencista subraya que la neuroeducación desvela las razones detrás del rendimiento desigual entre los estudiantes. Además, desafía el mito de que algunos niños son intrínsecamente más inteligentes que otros.
Con la estimulación adecuada y un enfoque en las emociones, asegura Romero, cualquier estudiante puede alcanzar un aprendizaje más extenso y motivador no solo para su desarrollo académico, sino también para su vida diaria.
¿Cómo optimizar el aprendizaje?
- Retos. En cuanto a la adopción de la neuroeducación en América Central y el Caribe, Romero identifica cuatro pasos esenciales: motivar a los docentes, capacitarlos, inspirarlos a transformarse y hacerles comprender la urgencia del cambio. “Adaptarse y aplicar estos principios en la planificación diaria es fundamental para el éxito educativo”, enfatiza.
-Inteligencia y capacidad. La especialista defiende que todos los niños tienen el potencial de desarrollar sus capacidades si se identifican y respetan sus estilos de aprendizaje únicos. “Algunos estudiantes son predominantemente visuales y comprenden mejor a través de imágenes o videos”, explica Romero. Este enfoque no solo mejora la retención, sino que también fomenta una comprensión más significativa y práctica del conocimiento.
-A los docentes...“No le teman al fracaso; es el primer paso hacia el éxito. Con perseverancia y un genuino deseo de mejorar, podemos asegurar un futuro mejor para nuestros estudiantes. La neuroeducación representa un cambio crucial en nuestra comprensión del aprendizaje, brindando a los docentes herramientas innovadoras para maximizar el potencial de sus alumnos y fomentar su bienestar integral”.