TEGUCIGALPA, HONDURAS.-¿El olor a libros nuevos fácilmente te transporta a tu época escolar?, ¿Las hojas de algunos árboles reviven tus viajes al campo de tu niñez? No estás melancólico, es solo parte de la conexión que existe entre el
olfato y nuestra memoria.
El olfato es mucho más que un sentido menor, la capacidad de evocar recuerdos a través del olfato nos revela lo importante que fue ese evento o situación.
Un equipo de la Universidad de Dresden, Alemania, utilizó la resonancia funcional para analizar qué zonas del cerebro se activan cuando recordamos algo a través de un olor.
Los resultados revelan que los recuerdos provocados por el olfato producen una mayor activación del cerebro.
Pero, ¿Cómo son estos recuerdos? Generalmente son más antiguos, relacionados particularmente con la niñez; muy emocionales y conectan directamente con áreas de procesamiento de la emoción y además producen una mayor sensación de “viaje en el tiempo”.
Cuando sentimos una fragancia u olor, las neuronas encargadas del olfato envían señales a este área llamada bulbo olfativo que a su vez se conecta con la amígdala. Por otro lado también está conectado con el hipocampo, un área especializada en la memoria y la cognición.
La explicación de por qué los recuerdos evocados por los olores suelen estar relacionados con la niñez se explica porque en esa época descubrimos ciertos aromas por primera vez y nuestro jóven cerebro es muy permeable a las nuevas experiencias.
El olfato es mucho más que un sentido menor, la capacidad de evocar recuerdos a través del olfato nos revela lo importante que fue ese evento o situación.
Un equipo de la Universidad de Dresden, Alemania, utilizó la resonancia funcional para analizar qué zonas del cerebro se activan cuando recordamos algo a través de un olor.
Los resultados revelan que los recuerdos provocados por el olfato producen una mayor activación del cerebro.
Pero, ¿Cómo son estos recuerdos? Generalmente son más antiguos, relacionados particularmente con la niñez; muy emocionales y conectan directamente con áreas de procesamiento de la emoción y además producen una mayor sensación de “viaje en el tiempo”.
Cuando sentimos una fragancia u olor, las neuronas encargadas del olfato envían señales a este área llamada bulbo olfativo que a su vez se conecta con la amígdala. Por otro lado también está conectado con el hipocampo, un área especializada en la memoria y la cognición.
La explicación de por qué los recuerdos evocados por los olores suelen estar relacionados con la niñez se explica porque en esa época descubrimos ciertos aromas por primera vez y nuestro jóven cerebro es muy permeable a las nuevas experiencias.
El impacto de esas novedades a nivel emocional y mnemónico es tan grande que deja una huella duradera en nuestra mente.