TEGUCIGALPA, HONDURAS.- Es muy habitual escuchar a los padres hablar sobre lo dulce y tranquilizante que les resulta el olor de sus bebés.
Ahora, un estudio del Instituto de Ciencias Weizmann en Rehovot, Israel, descubrió que el olor que emana del cuero cabelludo de los mamíferos recién nacidos, tanto humanos como animales, tiene un increíble propósito: la supervivencia de la especie.
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Los investigadores encontraron que en los mamíferos terrestres, las sustancias químicas volátiles que emanan del cuerpo pueden desencadenar o bloquear eficazmente la agresión en la misma especie.
En su proceso de investigación analizaron si el hexadecanal (HEX), un compuesto volátil del cuerpo humano que aparece como una señal química social de mamíferos, afecta la agresión humana.
Los resultados evidenciaron que al olfatear HEX, cuyo olor es imposible de ser identificado por el humano, la agresión en los hombres es bloqueada, pero es desencadenada en las mujeres.
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“La razón de esta evolución fue que la agresión masculina en los mamíferos a menudo se expresa con violencia hacia la descendencia, pero en las hembras se expresa protegiendo al bebé”, explicó la investigadora Eva Mishor.
Al respecto, los científicos estiman que la cuarta parte de los mamíferos machos -incluidos roedores y primates- asesinan a algunas de sus crías, especialmente cuando viven en grandes grupos.
“Debido a que los bebés no pueden comunicarse verbalmente con sus madres, tienen la posibilidad de comunicarse con productos químicos”, dijo por su parte Noam Sobel, del Departamento de Ciencias del Cerebro.
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Se sabía, hasta entonces, que los animales liberan señales químicas de sus órganos olfativos para afectar los comportamientos sociales, sin embargo, antes del estudio de Weizmann no se sabía que también influyen en los humanos.
“Los humanos se huelen unos a otros todo el tiempo. Ahora aparentemente entendemos qué sucede cuando se hace con los bebés, cómo nuestro cerebro procesa esta información y cuál podría ser el papel evolutivo de este efecto”, concluyó Sobel.