Esta condición, que se traduce como una inflamación de las glándulas salivales, es una enfermedad viral contagiosa que suele aparecer en niños y adolescentes debido a las secreciones de nariz y boca, producidas generalmente por la exposición en un ambiente contaminado, convirtiéndose así en un problema médico que se presenta con mucha más frecuencia en la temporada de verano.
“La parotiditis es una inflamación de las glándulas salivales situadas en la fosa retro mandibular interna, que simula una cápsula o hinchazón lateral y anormal de la boca, en donde el paciente no puede abrir su fauce y se produce un desplazamiento del lóbulo de la oreja. Los síntomas suelen presentarse desde los seis a los doce años, es decir, los menores son los más propensos a presentar alguna molestia”, explicó el médico especialista en otorrinolaringología, Ángel Alvarenga.
La fiebre moderada, el malestar general, la pérdida del apetito y el dolor de cabeza encabezan los síntomas de esta infección que, en el peor de los casos y de no ser tratada a tiempo, puede causar complicaciones en la zona testicular de los varones y en el área pélvica de las mujeres.
“Entre las consecuencias de no atender las paperas se encuentra una disminución en la capacidad auditiva de las personas, pudiendo ser unilateral o bilateral. Sin embargo, la no concientización sobre este tema puede causar inclusive una orquitis o inflamación testicular en los varones, derivada en infertilidad. En cuanto a las mujeres, una ooforitis, que se traduce como una inflamación de los ovarios, ocasionada por una bacteria presente en cualquier ambiente con poca higiene”, agregó Alvarenga.
En Honduras, esta infección ha ido en aumento durante los últimos años. La Secretaría de Salud ha registrado 4,000 casos durante el mes pasado. Lo anterior no quiere decir que todo esté perdido, puesto que lo que parece una enfermedad alarmante no llega a este punto, de ser identificada y tratada a tiempo.
Para prevenir esta situación es necesaria -en primer lugar- la vacunación de SRP (triple vírica: sarampión, parotiditis y rubéola) en niños de 12 a 18 meses, seguida de una buena higiene personal con profunda limpieza de manos, siendo recomendable tampoco saludar con la mano ni de beso.