NUEVA YORK, ESTADOS UNIDOS.- Cuando los adolescentes vapean, sus pulmones pagan un precio, informan unos investigadores.
La advertencia se origina en un análisis detallado de los historiales del hábito de fumar, que compartieron poco más de 2,000 adolescentes de EE. UU. durante una serie de encuestas anuales recientes.
La conclusión es que, en comparación con los adolescentes que nunca habían vapeado, los que reportaron que habían utilizado cigarrillos electrónicos en el mes anterior a ser encuestados experimentaron un aumento de alrededor de un 80 por ciento en la sibilancia y la falta de aliento.
Los vapeadores también se enfrentaban al doble de riesgo de tener las señales características de la bronquitis, reveló la encuesta. Y la mayoría de las consecuencias para la salud respiratoria vinculadas con el vapeo se sostuvieron incluso tras tomar en cuenta si los adolescentes también fumaban cigarrillos o marihuana.
“Aunque es probable que los cigarrillos electrónicos tengan menos impactos de salud negativos que los cigarrillos tradicionales, no están libres de riesgo, sobre todo para los jóvenes o adultos jóvenes que nunca han usado ningún otro producto de tabaco”, señaló la autora principal del estudio, Alayna Tackett, psicóloga pediátrica e investigadora del Centro de Investigación en Tabaco del Centro Oncológico Integral de la Universidad Estatal de Ohio, en Columbus.
Tackett y sus colegas exploraron el impacto que vapear tiene en la salud respiratoria al analizar cuatro años de encuestas administradas por el Estudio del salud infantil del sur de California, entre 2014 y 2018.
En promedio, unos 1,700 adolescentes participaron en la encuesta anual, aunque el análisis final se enfocó en unos 2,1000 adolescentes, divididos por igual entre chicos y chicas, con una edad promedio de 17 años.
Cada año, se pidió a los adolescentes que indicaran su uso de cigarrillos electrónicos y cigarrillos convencionales. (El cannabis también se evaluó, pero solo en 2017 y 2018). También se preguntó a los adolescentes sobre la presencia de unas complicaciones pulmonares clave.
Entre estas se incluían la sibilancia en el año anterior a la encuesta, y la falta de aliento mientras iban de prisa o caminaban por una pendiente. También se anotaron los diagnósticos de bronquitis en los 12 meses anteriores, o los síntomas sugerentes de la bronquitis, lo que incluye la congestión o la flema en ausencia de un resfriado, o una tos diaria durante tres meses consecutivos.
Durante el periodo de cuatro años del estudio, el uso de los cigarrillos electrónicos aumentó de un 12 a un 16 por ciento entre los encuestados.
El porcentaje de adolescentes que reportaron síntomas de bronquitis también aumentó durante el estudio, al pasar de alrededor de un 20 por ciento en 2014 a un 26 por ciento en 2018.
Al final, los investigadores determinaron que un 81 y un 78 por ciento de los vapeadores más frecuentes presentaban sibilancia y falta de aliento, respectivamente. Los vapeadores también tuvieron el doble de probabilidades de enfrentarse a problemas relacionados con la bronquitis.
¿Pero, podría parte del riesgo pulmonar atribuido al vapeo en realidad originarse en otros factores, como fumar cigarrillos, fumar marihuana, la exposición rutinaria al humo de segunda mano o el asma crónico?
Parece que no. Tras tomar en cuenta todos estos factores, el equipo determinó que aunque el vínculo directo entre el vapeo y el riesgo respiratorio era “ligeramente” menos fuerte, seguía siendo “significativo”. La única excepción fue la sibilancia: el riesgo de esta afección ya no pareció aumentar directamente por el vapeo.
Tackett y sus colegas publicaron sus hallazgos en la edición del 15 de agosto de la revista Thorax.
Los investigadores sí enfatizaron que los hallazgos se basaron exclusivamente en las observaciones autorreportadas, y por tanto no se pueden considerar como una prueba definitiva de que el vapeo merme a la salud pulmonar.
Gregory Conley, vocero de la Asociación Americana de Fabricantes de Vapeadores (American Vapor Manufacturers Association), se mostró de acuerdo en este punto.
“La dependencia de datos autorreportados y la falta de control sobre las variables examinadas limitan las conclusiones que se pueden sacar”, enfatizó Conley. “La correlación no equivale a causalidad, y se necesitan investigaciones más rigurosas para establecer un vínculo claro entre el vapeo y los problemas respiratorios”.
Hasta entonces, concluir que los productos de vapeo en realidad provocan daño “es prematuro, dados los factores de confusión potenciales y la literatura contradictoria implicada”, añadió.
Aun así, Tackett dijo que “se sabe que el aerosol de los cigarrillos electrónicos contiene sustancias que dañan a los pulmones, lo que incluye a los sabores y a los metales oxidantes con una toxicidad pulmonar conocida”. Y los científicos están intentando ponerse al día en un esfuerzo por comprender al alcance completo de la amenaza que el vapeo plantea para la salud solo porque el vapeo entró al mercado convencional con tanta rapidez, agregó.
Por otro lado, la “regulación de estos productos [de cigarrillos electrónicos] se debe realizar con una cuidadosa consideración, para equilibrar los beneficios potenciales de los cigarrillos electrónicos como herramienta potencial para la cesación del tabaquismo y el riesgo para la salud, sobre todo entre los usuarios más jóvenes”, planteó Tackett.
Aruni Bhatnagar, codirector del Centro de Ciencias de la Regulación del Tabaco de la Asociación Americana del Corazón (American Heart Association) e investigador principal del proyecto Lesiones Cardiovasculares Debidas al Uso de Tabaco, se hizo eco de esta idea.
“Desde un punto de vista regulatorio, quizá sea importante identificar las sustancias nocivas o potencialmente nocivas de los cigarrillos electrónicos”, observó. “Y minimizar sus niveles en, o su producción durante, el vapeo, para reducir la toxicidad y la irritación respiratorias que los cigarrillos electrónicos provocan”.
Al mismo tiempo, cuando se trata de proteger la salud pulmonar de los adolescentes, “la solución más efectiva es parar el vapeo por completo”, aconsejó Bhatnagar.
Conley también se mostró de acuerdo con este punto.
“Aunque los productos de vapeo ofrecen una masiva reducción del daño a los fumadores, tanto que la Administración de Alimentos y Medicamentos (FDA) ha autorizado a ciertos productos de vapeo como adecuados para la salud pública, no están libres de riesgo, y los jóvenes no deberían usarlos”, enfatizó.
© 2023 HealthDay. All rights reserved.