En 1998 con maleta en mano se fue a España para cumplir un nuevo objetivo: formarse en el arte dramático, y luego de haber iniciado su formación musical en la Escuela Experimental de Niños para la Música y la Escuela Nacional de Música, Lorena Vindel logró su meta y también se abrió espacio en el cine y la televisión española. La actriz pasó por esa búsqueda que todo artista tiene y ahora se ha adentrado en un nuevo proyecto, uno en el que convergen varias disciplinas: música, danza, poesía y pintura. Todas ellas para llevar un mensaje sobre la Madre Tierra.
Una actriz hondureña en España
Madrid fue el lugar donde estudió arte dramático enfocado en el teatro y durante ese tiempo la música quedó un tanto relegada en la vida de Lorena. Inició una trayectoria donde cada paso la llevaba a un lugar más importante, “pasé todos los proceso de gradita en gradita”, dijo la actriz.
Fue así que primero trabajó como figuración de cine (aquellas personas que sirven de relleno en algunas escenas), fue doble de luces y después logró estar en el área de producción, “hasta que llegó mi papel en el cine con ‘Siete mesas de billar francés’, dirigida por Gracia Querejeta”. En esta película española de 2007, la hondureña interpreta a una chica que cuida a un niño.
No obstante, Lorena iba por más, no quería interpretar el rol estereotipado del migrante latinoamericano, con papeles donde la latina “o es la sexi boom, la chacha, la prostituta, la chica mala, o es la seductora”, y con ese pensamiento es que aceptó el papel protagónico de la comedia española “Mami Blue” (2010), dirigida por Miguel Ángel Calvo Buttini.
En la cinta interpreta el papel de una hondureña inmigrante en España con el que rompe ese rol estereotipado del latinoamericano. Su papel es el de una muchacha que cuida a una señora mayor, pero se libera, se roba un carro y emprende un viaje junto con la señora que también huye de su hijo que la quiere ingresar en un asilo. Con esta cinta ganó el premio de Actriz revelación en el Festival de Cine de Toulouse, en Francia.
Posteriormente vinieron papeles para series de televisión, y participó en producciones como “Enfermeras”, “Hospital central” y “El policía”, entre otras. Pero llegó un momento en que “tenía una urgencia existencial, espiritual, porque era como que estaba logrando todo lo que había planeado hacer dentro del ámbito profesional, pero sucede esto, en mi interior no estaba satisfecha”.
Y esa urgencia la llevó a emprender un viaje a Suramérica, y a pesar de querer dejar todo lo que hacía, de sentirse insegura de sus capacidades, ese viaje y las experiencias que vivió la hicieron sentirse artista de verdad, “fue como que conecté con las fuentes originales de donde surge el arte, y me di cuenta que sí soy artista, y que realmente sí tenía la capacidad, y que esa es mi forma de expresar mi mundo, que era por ahí, no era siendo arquitecta, oficinista o siendo cualquier otra cosa, me di cuenta que realmente nací con ese don, entonces ahora no hay ninguna duda, ahora no existe la posibilidad de tirar la toalla”.
Con ese viaje cerró su primera etapa en el cine y la televisión española, y ahora está abriendo otro ciclo, “antes era más dirigido hacia mí, crear mi artista y darle un lugar en el cine español, ahora es poniendo mi voz, mi cuerpo, mi ser y mi servicio a la Madre Tierra, con una causa más grande que cualquier ego artístico”.
La voz de la Madre Tierra
En su viaje a Suramérica se relacionó con gente conocedora de la meditación, “que transita en el camino del yoga y ese tipo de cosas, entonces estuve viajando tres años seguidos entre Irlanda, Londres, Barcelona, Brasil, Argentina e India”.
Luego de ese proceso regresó a España “y vuelvo a tener un año donde se me presentan propuestas en el cine y la televisión pero siempre con perfiles como los que comenté, pero ya no entraba en ese tipo de personajes, era imposible, había codificado otro tipo de cosas en mi mente, en mi corazón, todo cambió”.
Ahora regresó a Honduras y se relacionó con los artistas de aquí, y vio cómo trabajaban y cómo iban encajando en una propuesta que ella ya estaba gestando, “porque cuando estuve en Suramérica la música volvió a surgir en mí, volví a cantar, volví a gestar”. Y es así que la música que trae nació de esa experiencia en Suramérica.
Su propuesta ella la produce y la dirige, y es un performance concierto llamado “Madre Tierra”, “que es a favor de la ecología, y está basada en los textos esenios encontrados en las cuevas del Mar Muerto, en 1946, entonces, basándome en estos textos y en la cosmovisión de los indígenas de Suramérica, hago esta creación que le da voz a la Madre Tierra, y da a conocer quién es la Madre Tierra, porque realmente no sabemos quién es, dónde la encontrás, dónde la escuchás, donde la comés, dónde la bebés, cómo te relacionás con ella; entonces hablo sobre eso a través de la música, la danza, la poesía y la pintura”.
Lorena Vindel regresa a España porque quiere seguir estudiando este tipo de música en la que está trabajando, “quiero codearme con los músicos que trabajan esta música, dar conciertos allá y luego volver a Honduras”, donde tiene planes de crear un movimiento ecológico.