Honduras

Niñez en riesgo y bajo la sombra de la violencia en Honduras

Cifras de muertes violentas, desplazamientos forzados y retornados son parte del calvario que vive la niñez, adolescencia y juventud hondureña
22.04.2024

TEGUCIGALPA, HONDURAS.- “Porque los menores no votan” es la deducción de un criminólogo al referirse a la ausencia de un plan que garantice el derecho a la vida en un país donde, según organizaciones civiles, los Niños, Niñas, Adolescentes y Jóvenes (NNAJ) son exterminados.

De acuerdo con los datos recopilados por la Coordinación de Instituciones Privadas por las Niñas, Niños, Adolescentes, Jóvenes y sus Derechos (Coiproden), durante el 2022, 2023 y enero del 2024 se reportaron un total de 1,352 muertes violentas de NNAJ y de esa cantidad, el 21% -equivalente a 290 incidencias- fueron menores de edad.

“El tema de las muertes violentas preocupa más, hablamos que en promedio cada mes murieron unas 50 personas, coincidimos con los datos del Observatorio de la Violencia y más del 40% son personas menores de 25 años, la juventud está siendo asesinada”, estimó Wilmer Vásquez director de ese ente.

Otras cifras que sirven como referencia para demostrar la violencia perpetrada contra la niñez, emanan del Observatorio Nacional de la Violencia, adscrito al Instituto Universitario en Democracia, Paz y Seguridad, (ONV-IUDPAS-UNAH), donde se confirma que entre el 2008 y 2023 se contabilizaron 4,998 muertes.

Sin una ruta definida

Para el criminólogo Wilfredo Rubio mientras no exista un plan nacional de seguridad para garantizar la vida de los menores, la sangre seguirá enlutando familias.

“No hay un enfoque para protegerlos no solo de muertes, hablamos también de abuso infantil, laboral, trata. Prácticamente al gobierno no le interesan los menores de edad ni lo ancianos, hay un absoluto abandono”, cuestionó.

En cuanto a las causales, no descartó que muchas muertes de menores son “colaterales” ejemplificando casos en que un menor estaba junto al “objetivo principal” de los criminales.

“No hay estudios, el tema no se menciona y es una cifra gris en el gobierno... los menores no votan, no pagan impuestos y por eso no representan nada para los políticos”, señaló mientras exhortaba a que se respete la ley para evitar el abandono absoluto a la investigación y se generen acciones a favor de la niñez.

Desplazamientos por violencia

Elsy Reyes, coordinadora de la Defensoría de la Movilidad Humana del Comisionado Nacional de los Derechos Humanos (Conadeh), explicó que desde el 2019 al 2022 se registraron más de 4,192 casos por riesgo de desplazamiento.

En detalle, los casos afectaron a 10,288 personas y de esa cifra 1,798 fueron niños y niñas es decir el 17% y eso revela la situación de vulnerabilidad de los menores que abandonan sus casas.

“Entre las causas una es cuando están en riesgo por ser resultados por una estructura criminal, solo de ello el Conadeh registró 132. Los identificamos por departamentos y detectamos que los principales agresores fueron maras y pandillas, desconocidos, conocidos y crimen organizado”, detalló.

Señaló que parte de los hechos violentos que influyen en el desplazamiento forzados de menores se mencionan las amenazas directas, asesinatos, acoso y violencia sexual.

“Los niños son utilizados por estructuras criminales, los quieren como informantes en puntos estratégicos en barrios y colonias, también son reclutados para sicariatos, extorsión, transportar droga, armas o en el caso de niñas y adolescentes convertirlas en parejas sentimentales de líderes criminales”, amplió la entrevistada.

Menores retornados

Para Reyes no se puede descartar que la violencia contra menores y sus padres expulsa a las personas del país y ellos al no alcanzar su destino son retornados.

De acuerdo con el Conadeh, y las revisiones de cifras de entidades como el Instituto Nacional de Migración o la Secretaría de Relaciones Exteriores, identificó que más de 100 mil menores fueron retornados al país entre 2014 a marzo del 2024.

“Lo preocupante es el porcentaje de menores de diez años, son niños que no se pueden defender ni tienen la madurez para afrontar las situaciones que surgen en la ruta migratoria.