Hay una frase que, aunque se exprese con aparente honestidad, suele provocar una gran confusión emocional: “Te quiero como amiga(o), pero también me gustas”
En muchos hogares se repite una realidad dolorosa: algunos padres y madres se esconden detrás de excusas, subestiman los gastos reales de la crianza o simplemente desaparecen