Tegucigalpa, Honduras.- Para asegurar el bienestar comunitario y la protección de los recursos hídricos, el Gobierno de Honduras, liderado por la presidenta Xiomara Castro y a través del Instituto de Conservación Forestal (ICF), realizaron una histórica declaración de microcuencas. Por medio de un proceso simplificado, 945 microcuencas son nombradas como zonas de protección forestal, fuentes de agua esenciales para más de 785,000 hondureños.
Con esta acción, se incrementan en 1.3 millones de hectáreas de bosque bajo regímenes de conservación, asegurando la producción de agua en cantidad y calidad para el acceso de los pobladores en 17 departamentos, y en 69 municipios. Esta acción marca un hito en la gestión forestal de Honduras, con unos 50 años, ya que antes de 2022, solo se habían declarado 1,042 microcuencas a nivel nacional como zonas de protección forestal.
Las áreas boscosas de Honduras son zonas productoras de agua, y las comunidades han demandado por años estas declaratorias para garantizar el acceso al vital líquido, de acuerdo al director ejecutivo del ICF. “Se han identificado más de 4,000 tomas de agua en el país con necesidad de declaratoria como microcuencas. Entre ellas, 945 recibirán protección en los próximos meses, con el fin de garantizar la disponibilidad de agua para miles de hondureños y promover el desarrollo sostenible de sus comunidades” resume Soliz.
Estas zonas de protección forestal estarán legalmente amparadas como áreas de conservación y veda forestal, para la preservación del bosque y las fuentes de agua. De esta forma se asegura el acceso al agua, que es la base de la seguridad alimentaria, la salud y el desarrollo socioeconómico.
Comunidades organizadas
Las comunidades, en colaboración con las municipalidades, identificaron y notificaron al Instituto de Conservación Forestal (ICF) la ubicación de sus microcuencas, facilitando así el proceso para que el ICF gestionara su declaratoria oficial. A partir de su declaratoria en noviembre, el ICF, comunidades y municipalidades gestionan la protección y conservación para garantizar agua en cantidad y calidad.
“Para nosotros, las vertientes de agua significan la vida y la seguridad alimentaria, que nos permite subsistir en nuestro pueblo”, destacó un líder comunitario durante la declaración de la m i c r o c u e n c a Agua Zarca entre Santa Bárbara e Intibucá. La protección de estas microcuencas no solo resguarda el recurso hídrico, sino que fortalece la soberanía de las comunidades sobre sus fuentes de agua. Estas áreas protegidas servirán como barrera contra usos no autorizados, asegurando que el agua sea un bien común para todos los hondureños.
Entre algunos de los municipios que entran a ser áreas de protección forestal están Cantarranas, Cedros, Distrito Central, Guaimaca, Lepaterique, Nueva Armenia, Sabana Grande y Tatumbla de Francisco Morazán. Mientras que, para Choluteca, los municipios de Langue y Pespire. Y para El Paraíso se incluyó Danlí, Trojes, Guiinope, Morocelí y Yuscarán entre otros. Dentro de las declaratorias de microcuencas no solo se cumple con la Ley Forestal de Honduras (Decreto 98-2007), sino que también se consideran la conservación de la biodiversidad y los servicios ecosistémicos, y están en línea con el Marco Mundial de la Diversidad Biológica de Kunming[1]Montreal, que establece la meta de proteger el 30% de las áreas terrestres para 2030.
