Tegucigalpa, Honduras
El árbitro Melvin Matamoros ha sido uno de los más representativos en la Liga Nacional en los ultimos años, tanto así que en mayo dirigió su cuarta final en Primera División.
Justamente después de pitar su último gran juego, en el que Olimpia derrotó 3-1 a la Real Sociedad, el de Morocelí sufrió un accidente de auto que casi le cuesta la vida y lo mantuvo sin dirigir hasta que, en la fecha pasada, fue nombrado para arbitrar el gane olimpista ante Platense.
Melvin, tras cuatro meses ha vuelto a las canchas; sin embargo, será difícil que se le olvide esa fecha del 28 de mayo, ¿no es así?
Claro. Recuerdo que el viernes 27 llegué a Tegucigalpa, ya que venía de dirigir en Costa Rica, y mi familia me fue a traer al aeropuerto. Nos quedamos viendo la final de la Champions League, que fue el sábado, y cuando terminó nos fuimos para el pueblo...
¿Qué pasó en el camino a su casa?
Cuando íbamos cerca de El Zamorano me ganó el cansancio, cerré mis ojos, me salí de la carretera e impacté contra un palo de mangos... sufrimos lesiones fuertes y sabía que la cosa no estaba nada bien...
¿Qué fue lo primero que se le vino a la mente?
Por un momento sentí que perdía a mi familia... sinceramente pensé que entraba a mi casa con unos vivos y con otros muertos, todo por una gran irresponsabilidad mía; pero lo más grande que pensé es que Dios estaba con nosotros y ahora nuestras vidas han cambiado y somos una familia más sólida.
¿Sintió temor en esos momentos?
Dios me dio la fortaleza de estar tranquilo, por más que yo fui el único que no me podía mover, porque el cinturón me había dejado trabado...
Mi esposa fue la primera que salió del carro, después salieron mis hijos y pasaron muchas personas que nos auxiliaron, pero nada, no sabíamos cómo soltar el cinturón... hasta que pasó un señor con un machete, cortó el cinturón y pude salir. Fue duro ver a mis hijos y a mi esposa ahí, golpeados...
¿Qué tan graves fueron las lesiones que sufrió?
Se lo resumo así: una contractura muscular desde la cadera hasta los dedos del pie izquierdo, me alejó de toda actividad deportiva por casi tres meses, de verdad que la pasé muy mal, sufrí mucho, incluso para levantarme o para caminar era un dolor muy grande el que me daba.
Me trataron varios médicos e, incluso, fui hasta Nicaragua, donde un terapeuta me atendió por dos meses.
¿Melvin, pensó en algún momento en que no iba a volver a pitar?
Nosotros somos una familia creyente de Dios y siempre confiaba en que él me iba a dar la oportunidad de poder seguir adelante; además, el apoyo de mi familia y mis amigos fue muy importante, yo sabía que este momento difícil tenía que pasar rápido.
¿Quedó con el temor de volver a conducir carro?
No tuve miedo de volver a manejar, contrario a mi familia. A mi esposa y mis hijos los tuve que llevar a terapia para que perdieran el temor y siempre me recalcaban que manejara despacio.
¿A qué se dedicó en este tiempo libre, Melvin?
Todo junio pasé cuidando a mi familia, sin importar lo que a mí me hubiera pasado; de ahí me puse a entrenar, aunque a veces no podía por el dolor que sentía.
Ya me imagino ese proceso de recuperación...
Fíjese que las primeras dos semanas pensé que solo era un golpe normal, pero cuando pasaron las semanas y vi que no evolucionaba, empecé a buscar ayuda médica y psicológica. El proceso de recuperación fue muy difícil, pero gracias a Dios ya pude pitar el primer juego en este torneo.
¿Quiénes le han llamado en todo este proceso?
Recibí muchas llamadas, como la del presidente de la Fenafuth, Jorge Salomón. También recibí apoyo de la Comisión de Arbitraje, el instructor Amílcar Burgos estuvo muy pendiente de la recuperación y me llamaron entrenadores, exárbitros y jugadores para apoyarme.
¿Cómo se encuentra en la parte física?
De uno a diez creo que estoy en ocho. No voy a decir que estoy al cien, porque es mentira, pero me estoy preparando para alcanzar mi nivel físico y hacer el mejor trabajo en los partidos que se me designen.
Bueno, imagino que tiempo es lo que más le ha quedado para estudiar las modificaciones a las reglas de juego, ¿no es así?
Sí, incluso anduve en Miami en unas capacitaciones para estudiar las modificaciones, las reglas siguen siendo las mismas, con pequeños cambios, pero más justas.
Usted pitó la final del torneo anterior, ¿ahora que pudo regresar, qué espera para este campeonato?
Ahorita estoy remando contra corriente, porque vamos en la jornada 12 y yo solo llevo una participación; tendría que pitar un montón de partidos para ser un candidato a la final... me gustaría estar en la fiesta grande, pero sé que tengo que trabajar duro en estas jornadas que vienen y, además, estoy claro de que mis compañeros han hecho el trabajo bien... pero el sueño de estar en las finales no me lo quita nadie.
¿Cómo se sintió cuando dio el pitazo final entre Olimpia y Platense?
Un día antes estaba un poco inquieto, no sabía qué me pasaba... ese partido fue como mi primera vez, no sabía lo que iba a pasar, pero gracias a Dios me fui acoplando tras el pitazo inicial y realicé un trabajo muy digno.
Bueno, ahora tienen competencia femenina, ¿eh? ¿Cómo vio su debut en la Liga Nacional?
Melissa es una muchacha que viene trabajando muy bien hace unos ocho años; nosotros, que hemos venido siguiendo su trayectoria, sabemos que es una mujer muy capacitada, ella se preparó para llegar a esa instancia y teníamos la convicción de que iba hacer un buen trabajo.
A mí no me molesta en nada si le dan otra chance y, si llega, que la aproveche
El árbitro Melvin Matamoros ha sido uno de los más representativos en la Liga Nacional en los ultimos años, tanto así que en mayo dirigió su cuarta final en Primera División.
Justamente después de pitar su último gran juego, en el que Olimpia derrotó 3-1 a la Real Sociedad, el de Morocelí sufrió un accidente de auto que casi le cuesta la vida y lo mantuvo sin dirigir hasta que, en la fecha pasada, fue nombrado para arbitrar el gane olimpista ante Platense.
Melvin, tras cuatro meses ha vuelto a las canchas; sin embargo, será difícil que se le olvide esa fecha del 28 de mayo, ¿no es así?
Claro. Recuerdo que el viernes 27 llegué a Tegucigalpa, ya que venía de dirigir en Costa Rica, y mi familia me fue a traer al aeropuerto. Nos quedamos viendo la final de la Champions League, que fue el sábado, y cuando terminó nos fuimos para el pueblo...
¿Qué pasó en el camino a su casa?
Cuando íbamos cerca de El Zamorano me ganó el cansancio, cerré mis ojos, me salí de la carretera e impacté contra un palo de mangos... sufrimos lesiones fuertes y sabía que la cosa no estaba nada bien...
¿Qué fue lo primero que se le vino a la mente?
Por un momento sentí que perdía a mi familia... sinceramente pensé que entraba a mi casa con unos vivos y con otros muertos, todo por una gran irresponsabilidad mía; pero lo más grande que pensé es que Dios estaba con nosotros y ahora nuestras vidas han cambiado y somos una familia más sólida.
¿Sintió temor en esos momentos?
Dios me dio la fortaleza de estar tranquilo, por más que yo fui el único que no me podía mover, porque el cinturón me había dejado trabado...
Mi esposa fue la primera que salió del carro, después salieron mis hijos y pasaron muchas personas que nos auxiliaron, pero nada, no sabíamos cómo soltar el cinturón... hasta que pasó un señor con un machete, cortó el cinturón y pude salir. Fue duro ver a mis hijos y a mi esposa ahí, golpeados...
¿Qué tan graves fueron las lesiones que sufrió?
Se lo resumo así: una contractura muscular desde la cadera hasta los dedos del pie izquierdo, me alejó de toda actividad deportiva por casi tres meses, de verdad que la pasé muy mal, sufrí mucho, incluso para levantarme o para caminar era un dolor muy grande el que me daba.
Me trataron varios médicos e, incluso, fui hasta Nicaragua, donde un terapeuta me atendió por dos meses.
¿Melvin, pensó en algún momento en que no iba a volver a pitar?
Nosotros somos una familia creyente de Dios y siempre confiaba en que él me iba a dar la oportunidad de poder seguir adelante; además, el apoyo de mi familia y mis amigos fue muy importante, yo sabía que este momento difícil tenía que pasar rápido.
¿Quedó con el temor de volver a conducir carro?
No tuve miedo de volver a manejar, contrario a mi familia. A mi esposa y mis hijos los tuve que llevar a terapia para que perdieran el temor y siempre me recalcaban que manejara despacio.
¿A qué se dedicó en este tiempo libre, Melvin?
Todo junio pasé cuidando a mi familia, sin importar lo que a mí me hubiera pasado; de ahí me puse a entrenar, aunque a veces no podía por el dolor que sentía.
Ya me imagino ese proceso de recuperación...
Fíjese que las primeras dos semanas pensé que solo era un golpe normal, pero cuando pasaron las semanas y vi que no evolucionaba, empecé a buscar ayuda médica y psicológica. El proceso de recuperación fue muy difícil, pero gracias a Dios ya pude pitar el primer juego en este torneo.
¿Quiénes le han llamado en todo este proceso?
Recibí muchas llamadas, como la del presidente de la Fenafuth, Jorge Salomón. También recibí apoyo de la Comisión de Arbitraje, el instructor Amílcar Burgos estuvo muy pendiente de la recuperación y me llamaron entrenadores, exárbitros y jugadores para apoyarme.
¿Cómo se encuentra en la parte física?
De uno a diez creo que estoy en ocho. No voy a decir que estoy al cien, porque es mentira, pero me estoy preparando para alcanzar mi nivel físico y hacer el mejor trabajo en los partidos que se me designen.
Bueno, imagino que tiempo es lo que más le ha quedado para estudiar las modificaciones a las reglas de juego, ¿no es así?
Sí, incluso anduve en Miami en unas capacitaciones para estudiar las modificaciones, las reglas siguen siendo las mismas, con pequeños cambios, pero más justas.
Usted pitó la final del torneo anterior, ¿ahora que pudo regresar, qué espera para este campeonato?
Ahorita estoy remando contra corriente, porque vamos en la jornada 12 y yo solo llevo una participación; tendría que pitar un montón de partidos para ser un candidato a la final... me gustaría estar en la fiesta grande, pero sé que tengo que trabajar duro en estas jornadas que vienen y, además, estoy claro de que mis compañeros han hecho el trabajo bien... pero el sueño de estar en las finales no me lo quita nadie.
¿Cómo se sintió cuando dio el pitazo final entre Olimpia y Platense?
Un día antes estaba un poco inquieto, no sabía qué me pasaba... ese partido fue como mi primera vez, no sabía lo que iba a pasar, pero gracias a Dios me fui acoplando tras el pitazo inicial y realicé un trabajo muy digno.
Bueno, ahora tienen competencia femenina, ¿eh? ¿Cómo vio su debut en la Liga Nacional?
Melissa es una muchacha que viene trabajando muy bien hace unos ocho años; nosotros, que hemos venido siguiendo su trayectoria, sabemos que es una mujer muy capacitada, ella se preparó para llegar a esa instancia y teníamos la convicción de que iba hacer un buen trabajo.
A mí no me molesta en nada si le dan otra chance y, si llega, que la aproveche