SAN PEDRO SULA, HONDURAS.- El Estadio Olímpico de San Pedro Sula no se llenó para la disputa del primer clásico capitalino del 2023, el Olimpia vs Motagua.
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El derbi por la fecha 5 del torneo Clausura se trasladó a la ciudad industrial como pasó en octubre donde hubo una fiesta y llenazo total en el estadio Morazán; ahora fue totalmente diferente.
Los aficionados del fútbol hondureño le dieron la espalda al “espectáculo” tras los hechos violentos que se vivieron 48 horas antes en el partido Marathón - Real España en este mismo escenario que dejó como consecuencia la muerte de Keiry Gricel, una niña de 14 años.
Si bien varios fanáticos viajaron desde ciudades como Tela, Santa Bárbara y Copán, para ver el encuentro, no vino la cantidad que suele asistir en un partido de dicha magnitud. Por ejemplo, hay menos público de lo que hubo el jueves en el derbi sampedrano.
Aproximadamente unos dos mil quinientos aficionados, repartidos en mitad entre preferencia/silla, sol este y sol sur, pusieron el ambiente en el complejo sampedrano, que no transmitía alegría en sus graderías.
El único ingrediente diferente en este partido fue que previo al pitido inicial se escuchó en la megafonía que el partido se suspendería en el momento que las personas se subieran al alambrado, una acción previa al ingreso vandálico a la cancha.
Cabe mencionar que en ninguno de los partidos que se juegan en simultáneo (Vida vs Real Sociedad en Olanchito) se concedió un minuto de silencio previo al pitido inicial, esto en honor a la pérdida de la pequeña aficionada. Las televisoras sí lo hicieron en el primer minuto de acción.