TEGUCIGALPA, HONDURAS.- La década de 1990 fue una de las mejores épocas en el fútbol hondureño gracias a la presencia de destacados jugadores nacionales de gran nivel, equipos de época y sobre todo la llegada de grandes futbolistas procedentes de Sudamérica, los cuales le dieron un importante realce al deporte más popular en el país.
Uno de esos que vino a brillar y a convertirse en toda una leyenda en Honduras es el uruguayo Alvaro Izquierdo, quien en 1992 pensando que venía a jugar con el Olimpia terminó firmando por su eterno rival; el Motagua.
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La zurda privilegiada del que vendría a enfundarse la camiseta número 7 del Mimado llegaba al país con la intención de solamente estar por tres meses en esta tierra, pero en un abrir y cerrar de ojos este lapso de tiempo terminó convirtiéndose en 12 años viviendo en un lugar por el que conserva un cariño muy especial y que no para de recordar a donde quiera que va.
Hoy a sus 55 años, Izquierdo radica en Estados Unidos, en donde es una de las figuras más destacadas de las transmisiones deportivas gracias a la cadena Fox Deportes, con la cual ha cubierto importantes eventos como finales de Copa Libertadores, Mundial de Clubes o Champions League, hasta el punto de codearse con grandes referentes del fútbol mundial.
Alvaro resume que su vida ha estado siempre ligada a la pelota de fútbol, la cual le ha permitido abrirse camino en campos que van más allá de lo deportivo. Se puede decir que Izquierdo ha transitado por un camino derecho hasta el punto de convertirse en todo un referente y una auténtica enciclopedia futbolística con una visión, análisis y conocimientos que es un deleite escuchar cada vez que está enfrente de una pantalla televisiva.
Durante su conversación con EL HERALDO, “El Zurdo” no pudo evitar recordar sus inicios en el deporte que tanto la apasiona con su amado Peñarol de Montevideo, club con el que hizo su debut profesional y en donde se ganó el privilegio de poder decir que alzó el torneo de clubes más prestigioso del continente; la Copa Libertadores.
“Recién había regresado a Uruguay, logró jugar en Peñarol que era mi sueño, a los meses debuto en primera división y después me citan a la Selección de Uruguay, entonces todo fue como un cuento de hadas, un cuento mágico que ni si lo hubiese soñado no hubiera salido en ese periodo tan corto de tiempo”, describió un nostálgico Alvaro Izquierdo, quien a la vez destacó que formó parte del último título continental del prestigioso conjunto Carbonero en 1987.
Un conmovido Alvaro Izquierdo aún recuerda con lujo de detalles todas esas tardes de domingo cuando junto a su hermano caminaban desde el céntrico barrio Buceo hasta el mítico Estadio Centenario de Montevideo.
Alvaro jamás pensó que después de ir a alentar al Manya para ver de cerca a su ídolo Fernando Morena (autor de 600 gritos de gol a lo largo de su carrera) triunfaría a una corta edad con el equipo de sus amores, hasta el punto de ser parte de su última conquista continental en 1987.
A partir de ese momento para Izquierdo se escribiría una historia paradójicamente bastante derecha, ya que el ahora exfutbolista pudo conseguir muchos éxitos en la cancha, a nivel familiar, en el campo profesional e inclusive en el mundo de los negocios.
La zurda que tanto deleito a los aficionados en los ocho diferentes países en donde jugó a lo largo de su vida ha demostrado que es capaz de desenvolverse con mucha destreza en todo aquello que se ha propuesto mientras el tiempo sigue su curso.
Tres meses que se convirtieron en 12 años
Luego de haber tocado la gloria eterna con el Aurinegro, en 1988 Alvaro Izquierdo tuvo que pasar un breve periodo en Chile mientras se recuperaba de una lesión para después de una serie de idas y venidas regresar a Peñarol en 1990. Estando ahí tendría el primer acercamiento con la que terminó siendo su querida Honduras.
El primero en tocar su puerta sería el Olimpia, quien en ese entonces era dirigido por Julio González, quien conocía muy bien a Izquierdo, sin embargo, “El Zurdo” declinó el llamado del Viejo León en dos ocasiones.
“Peñarol me da un año a préstamo a Chile con un exjugador de Peñarol, Nelson Acosta, y vuelvo a Peñarol en el año 89 y en ese momento me habla el Olimpia para ir a jugar a Honduras y recuerdo que estuve hablando con Lisandro Flores Guillén, que era el vicepresidente en ese momento y yo le dije que no prefería en ese momento a Olimpia”, inició describiendo el exatacante de 55 años.
“Primero fue Estanislao Malinowski, después Julio González agarra a Olimpia en el 89 y me llamó y otra vez terminé diciendo que no, así que me fui a Herediano de Costa Rica y después vuelvo a Peñarol en el 90 con César Luis Menotti. Seguí jugando un año más”, añadió.
Llegado el año 1992 el fútbol hondureño nuevamente llamó a la puerta del “Zurdo”, quien de forma anecdótica recordó que pensando que era el Olimpia una vez más decidió aceptar, sin embargo, le explicaron que esta vez se trataba de su eterno rival; el Motagua.
“Llega el año 92 y ahí me dicen que me llaman de Honduras para que fuera y les había dicho que ya me habían llamado de Olimpia, esta vez yo creo que se puede hacer y me dicen: “Sí, pero no es Olimpia, es el clásico rival, el enemigo digamos, el que juega en la capital contra ellos, es el Motagua”, entonces les dije que sí, iba sin ningún problema”, comenzó narrando sobre su llegada al Mimado.
En un inicio, Alvaro Izquierdo no quería pasar mucho tiempo en Honduras, pensando que solamente serían tres meses los que iba a estar en el país, sin embargo, como él mismo lo describe “esos tres meses se convirtieron en 13 años”.
“Llego por medio de Gileno Medina que era un representante, un contratista uruguayo que en esos años llevó jugadores uruguayos a Centroamérica, especialmente a Honduras. Gileno arregla con los directivos de Motagua y yo le dije que no me quería quedar mucho tiempo en Honduras porque mi interés era llegar al fútbol mexicano, ya que en aquellos años era muy difícil llegar a Europa. Gileno me dijo que solamente iba a jugar tres meses a Honduras y solo los tres meses y después te llevo a México, así me convenció y llego a Motagua”, explicó Alvaro a EL HERALDO.
Los inicios del brillante zurdo en el fútbol hondureño serían con el pie derecho, ya que rápidamente la rompió con el Ciclón e hizo que su nombre estuviera cada fin de semana en la boca de aficionados, cronistas deportivos y todos aquellos amantes del fútbol.
El cuento de hadas que comenzó a escribirse en letras azules en 1992 culminó con 42 anotaciones que hicieron gritar de júbilo a la hinchada del Mimado, hasta el punto de Izquierdo lograra ubicarse como el quinto extranjero que más veces ha celebrado con la camiseta del Motagua.
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Escritor de páginas doradas en el Victoria
Como en un inicio lo dijo, Alvaro Izquierdo no quería estar muchos años en Honduras, ya que su principal objetivo era llegar al fútbol mexicano en una época en donde reconoce que solo futbolistas de élite podían cruzar el charco y jugar en Europa.
La gran oportunidad para “El Zurdo” llegó en 1994 tras dos excelentes años en los que lo dio todo vistiendo de Azul Profundo.
El charrúa acabó firmando por el ya desaparecido Toros Neza, conjunto que por aquellos años era uno de los protagonistas en el balompié azteca, sin embargo, las cosas no resultaron como Izquierdo lo tenía pensado.
“Estaba en México y se demoraba mi llegada Toros Neza porque tres o cuatro argentinos que estaban los querían rescindir pero ellos no se querían ir y no quedaba el espacio para yo llegar. Había nacido mi hija mayor en Tegucigalpa, Aracely, y también habían problemas con el visado para mi hija y su mamá, entonces yo le dije a los directivos de México que quería volver a Honduras”, recordó Alvaro.
“Ellos ya me habían pagado todo el año adelantado, pero yo ya les había dicho que no quería jugar en la segunda división (lo habían enviado al Zacatepec), que yo quería jugar en primera y me pagaron todo el año adelantado para medio tenerme contento, al final terminé devolviendo al dinero y hablé con los Atala para decirles lo que pasó en México y que iba a regresar a Uruguay y ellos me dijeron que volviera a Motagua”, reveló.
El uruguayo volvió a Tegucigalpa para seguir escribiendo el cuento de hadas en letras azules con Motagua, pero nunca llegó el llamado prometido por la directiva motagüense, cosa que aprovecharía el Victoria, que por aquellos años conformó un equipo de época que en 1995 alzó el que hasta la fecha es su único título de Liga Nacional.
“Volví a Tegucigalpa y estando ahí la directiva de Motagua no me llamaba para arreglar o para hacer el contrato, la espera se fue extendiendo y me llaman desde La Ceiba, me llama Julio González, quien me había dirigido en Uruguay con el equipo de mi barrio en primera división antes de irme a Herediano en Costa Rica y desde ese momento le había gustado como jugador”, comenzó describiendo Alvaro Izquierdo a EL HERALDO.
“Desde La Ceiba me dijeron: “Alvaro, aquí te quieren, el Victoria está haciendo un proyecto nuevo, están trayendo jugadores importantes”. Yo conocía al Victoria porque el año anterior les marqué un gol con el que los eliminamos y estuvimos dos horas para salir de la cancha porque se habían caldeado los ánimos”, añadió “El Zurdo”.
El charrúa siempre va a recordar que en un inicio no quería llegar a La Ceiba, sin embargo, Carlos Arturo Fiallos, directivo del conjunto jaibo en aquellos años, terminó convenciéndole para quedarse en un equipo que hasta el día de hoy sigue gritando sus espectaculares goles marcados con su privilegiada pierna zurda.
“Al principio pasó un poco lo mismo que en México, yo me quería quedar en Tegucigalpa, en Motagua ya tenía mi nombre hecho y a recuerdo que a Carlos Arturo Fiallos, directivo de Victoria en ese tiempo, le pedí una cantidad importante de dinero para que me dijera que no y quedarme en Motagua”, comenzó contando Alvaro.
Posteriormente el uruguayo relató entre risas como terminó de concretarse su llegada a La Ceiba: “Carlos me dijo: “Está bien, te lo voy a dar mi gallo. Sí mi gallo no se preocupe, yo le doy lo que usted pide”, entonces yo le dije que necesitaba el dinero seguro y me respondió inmediatamente: “No se preocupe mi gallo, llega al aeropuerto de La Ceiba y le doy el sobre con todo el dinero del año”.
Tras esto, la zurda de Izquierdo y sus goles llegaron para escribir una gran historia en letras doradas (aunque La Jaiba vista de azul y blanco) que tendría como broche de oro el único título de liga en la historia de los ceibeños.
Alvaro Izquierdo llegó a un Victoria que entre sus filas tenía a grandes futbolistas como Enrique Centeno Renau (QDDG), Renán “Chimbo” Aguilera, Romualdo Norales, Roberto “Chato” Padilla y extranjeros de gran nivel como el colombiano Juan Reyes Grueso y el costarricense Floyd Guthrie, quienes hicieron de La Jaiba uno de los grandes protagonistas del fútbol catracho, alzando la copa de campeón de liga en Tegucigalpa ante Olimpia en 1995.
En su más que recordado y destacado paso por La Ceiba, Alvaro Izquierdo con su distinguida pegada zurda demostró porque hasta el sol de hoy sigue siendo considerado como un ídolo para los jaibos.
De la mano de Alvaro Izquierdo, Julio González y un grupo de futbolistas que no pierde la conexión a pesar de que han pasado casi 30 años, el Victoria vivió la que es hasta el momento la mejor etapa en su historia.
En aquellos relucientes años 90, el nombre de La Jaiba provocó todo un delirio en el territorio hondureño y además llegó a trascender más allá de las fronteras patrias.
La cosecha de impresionantes goles con la zurda privilegiada es algo que Alvaro Izquierdo recuerda con mucho cariño de su primera etapa en Honduras, pero con lo que se queda es con esos amigos con los que sigue manteniendo el contacto a pesar de que ha pasado mucho tiempo y hoy las distancias son enormes.
“Lo que me queda de los años en Motagua y Victoria son los amigos realmente, son amigos hasta el día de hoy y los muy buenos recuerdos deportivos, porque siempre es lindo recordar las victorias, siempre es lindo recordar los buenos momentos y en esos equipos los tuve”, recordó “El Zurdo” con mucha alegría en su rostro.
“Son magníficos recuerdos que tengo, tanto de Tegucigalpa y La Ceiba por la gente que conocí, por lo bien que me trataron, por lo bien que trataban a mi familia y por lo feliz que fui en esos años en Honduras”, destacó resaltando el cariño que siente por ambas ciudades en donde puede decir que jugó con los que son los equipos que son los más representativos de dichos lugares, ya que también vistió los colores de Olimpia y Vida.
Honduras, una parte importante en su vida
Luego de brillar con el Victoria parecía que el destino tenía escrita esta página en la vida de Alvaro Izquierdo; jugar en el Olimpia, club al que había rechazado en dos ocasiones.
Su estancia en el Albo fue corta, pero en los apenas seis partidos que estuvo vistiendo la camiseta merengue logró escribir en letras tricolores un bonito capítulo en su trayectoria, el cual le valió para tener un breve paso por el Junior de Barranquilla en Colombia.
Paradójicamente el equipo que lo buscó en tres ocasiones no lo pudo disfrutar tanto como su archirrival, el cual trajo al país una zurda privilegiada pocas veces vista que con el Victoria logró tocar el cielo.
Luego de su paso breve paso por Colombia, Alvaro una vez más volvió a Honduras, precisamente a su querida La Ceiba para enfundarse una vez más la camiseta del Victoria, club con el que la segunda parte fue más breve pero en donde también desató ocho festejos de gol.
Tras la salida de un conjunto jaibo que ya había perdido fuerza económica, Izquierdo llegó a vestir los colores de su más enconado rival, el Vida, equipo con el cual disputó siete partidos antes de colgar los botines.
En su paso por Honduras, Izquierdo vivió en dos de las ciudades más importantes del país, en donde tiene el privilegio de decir que vio desde ambos lados como se viven dos grandes rivalidades; el clásico nacional y el derbi ceibeño.
Alvaro reconoce que los hondureños apasionados por el fútbol lo recuerdan más por haber jugado en Motagua y Victoria, pero el respeto que siente por Vida y Olimpia es único, por lo que salomónicamente siempre dirá, a donde quiera que vaya, su equipo es su amado Peñarol, por el cual le brillan los ojos cada vez que recuerda esos gloriosos colores amarillo y negro.
“Yo no quería quedarme en Honduras, no era mi intención y solo venía por tres meses al inicio y después me quedé 12-13 años, conocí a mi esposa en Honduras, tuve mi familia en Honduras, ahí nacieron mis hijos mayores, Aracely en Tegucigalpa y Alvaro en La Ceiba. De pensar no quedarme en Honduras terminé quedándome”, recuerda un emocionado Alvaro Izquierdo.
“Honduras, no solo en mi carrera deportiva, sino en mi vida fue una parte importantísima que recuerdo con mucho cariño que hasta hoy en donde me encuentro un hondureño me conocen, me piden una foto, me hablan de tal partido.... Tengo una relación muy fluida con Honduras”, añadió “El Zurdo” con mucha gratitud y felicidad por todo lo vivido destacando en la pasión que tanto ama; el fútbol.
Su visión del fútbol hondureño actual
Durante una amena y única charla de fútbol con Alvaro Izquierdo, para EL HERALDO fue inevitable consultarle acerca de su punto de vista sobre la actualidad del balompié en Honduras, el cual “El Zurdo” conoce como la palma de su mano.
La destreza que tiene Alvaro Izquierdo con su pierna zurda se extiende también a su hemisferio izquierdo, ese que es capaz de que el ser humano desarrolle un léxico fluido, articule muy bien las palabras y tenga una capacidad de análisis sin igual.
Escuchar los análisis del “Zurdo” es todo un deleite gracias a sus grandes conocimientos, la pasión que siente por lo que hace en el día a día y su manera única de ver el fútbol, deporte que ha visto desde varios ángulos: dentro de la cancha, desde el banquillo y ahora desde el palco de transmisión, aunque reconoce que él disfruta estar lo más cerca posible del verde césped.
Para Alvaro el fútbol en Honduras ha venido sufriendo muchos altibajos, destacando que a pesar de que a nivel de Selecciones Nacionales se cuenta con buenos futbolistas no se han dado los resultados, resaltando que en el país aún se siguen hablando de los mismos problemas que cuando llegó hace 30 años.
“Con altibajos. Tiene buenos futbolistas, no se han dado los resultados a nivel de selección con entrenadores muy capaces. Conozco a Fabián Coito, sé muy bien lo que hizo en las selecciones de Uruguay y pensaba que era un muy buen entrenador para Honduras. Al inicio le fue muy bien, después llega un clic que fue el partido contra Estados Unidos y ahí siento que todo empieza a complicarse pero es un entrenador probado”, comenzó analizando Izquierdo, a la vez que recordó su gran amistad con el exentrenador uruguayo de la Bicolor.
A su vez agregó: “En Honduras se sigue hablando de los mismos problemas que se hablaban hace 30 años cuando yo llegué, por ejemplo, se trabaja mal en ligas menores porque no hay apoyo a las formativas, no hay buenos terrenos de juego, no hay buenas canchas, no se gasta en infraestructura, las divisiones inferiores no trabajan de buena manera porque no tienen todo el apoyo que deberían tener a pesar de que hay grandísimos entrenadores que trabajan en divisiones inferiores”.
“Honduras sigue teniendo muy buena materia prima, sigue teniendo muy buen material desde lo técnico o lo físico, pero le falta la estructura, le falta el proceso para que pueda explotar de mejor manera las grandes condiciones que tienen los atletas hondureños”, sostuvo Izquierdo.
A pesar de lo complejo que se presenta el panorama para el fútbol catracho, Alvaro no ocultó el cariño que siente por Honduras y el deseo porque en materia futbolística la H salga adelante, deseándole mucho éxito al actual entrenador del combinado nacional, Diego Vázquez.
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Fútbol, una pasión que trasciende facetas
Luego de colgar los botines en el 2000, Alvaro Izquierdo siguió muy ligado al fútbol, pero esta vez por medio de una academia que fundó junto a su amigo Carlos Prono, a la cual muchos jóvenes ceibeños asistían con la ilusión de recibir las enseñanzas y consejos de dos grandes futbolistas extranjeros que arribaron al país en la década de los 90.
Muchos de esos niños ceibeños, que celebraron y disfrutaron en grande sus goles con el Victoria y el Vida tienen el privilegio de decir que en el Complejo Deportivo Izquierdo-Prono conocieron a detalle el secreto de una zurda educada que escribió páginas doradas, sobre todo en “La Novia de Honduras”.
Sin imaginarlo, ese emprendimiento que inició junto a su amigo argentino le abriría las puertas de otra pasión que ahora disfruta todos los días; ser un destacado comentarista deportivo.
El prolífico camino del que ahora es uno de los comentaristas deportivos más destacados en Estados Unidos iniciaría en Honduras, justamente hace 20 años con el Mundial de Corea y Japón, en donde el uruguayo, como todo un enfermo por el fútbol, comentaba las acciones de lo ocurrido por las madrugadas catrachas para el canal Teleceiba.
“Nace con el Mundial de 2002, yo vivía en La Ceiba y de Teleceiba me invitan los Dipp que son los dueños del canal, yo había tenido a sus hijos en la escuela de fútbol en La Ceiba”.
“Rafa Fernández y Miguel Ángel Romero estaban en la parte deportiva y me invitan a comentar el Mundial de Corea y Japón 2002 y por las diferencias horarias en Honduras se jugaban en la madrugada, entonces por la tarde tenían un programa deportivo que se desglosaba, se hablaba de los partidos jugados y yo como siempre, enfermo del fútbol me levantaba a la hora que fuera para ver los partidos del Mundial y los miraba todos y en la tarde comentaba”, describió de forma entusiasmada.
Sin pensar que la televisión sería su actual medio de vida, Alvaro Izquierdo inició el camino de su nueva faceta en un país que le ha dado muchas alegrías, dando el salto a la cadena Fox Deportes, en donde se dice un privilegiado por poder comentar desde la cancha en los principales eventos futbolísticos del mundo.
“En 2014 que me contratan en Fox para partidos de Peñarol principalmente, en Libertadores o Sudamericana generalmente y después terminé haciendo Champions, Mundial de Clubes, Liga MX, MLS, FA Cup, muchísimas cosas terminé haciendo aquí en Fox Deportes”.
“Yo siempre he dicho: no soy periodista deportivo y respeto mucho a los que estudiaron periodismo deportivo, lo mío más que nada es un comentario o análisis desde me tocó, adentro de la cancha como jugador o entrenador, comentar un poco mi experiencia o por qué pienso yo que el jugador hizo esto o lo otro dentro del campo. Con tantos años de carrera y la experiencia sabes que está sintiendo el muchacho en ese momento”, añadió.
Durante la entrevista con EL HERALDO, Alvaro Izquierdo brindó todo su conocimiento futbolístico como si estuviera en un tradicional asado junto con amigos comentando sobre tan apasionante deporte, reflejando claramente el gusto que siente por su actual faceta.
“Esta faceta me tiene muy contento, porque es hablar de fútbol que es lo que hago siempre cuando hago un asado acá en mi casa cuando vienen mis amigos o me siento en una cancha, en un parque, en un restaurante”.
“Mi vida es el fútbol, siempre lo ha sido y ahora lo hago también a nivel profesional como comentarista en televisión y sigo haciendo lo mismo que es lo que siempre me gustó desde niño, mi pasión que está todo relacionado a la pelota de fútbol”, subrayó.
Frente a las pantallas televisivas, “El Zurdo” brilla con la misma calidad con la que lo hizo en el campo gracias a su privilegiada pierna izquierda, la cual sigue desencadenando gritos de gol en las aficiones de los distintos equipos en que jugó.
El fútbol es todo un estilo de vida para Alvaro desde que tiene uso de razón y destaca que esta pasión que tanto ama ha logrado extenderse más allá de las canchas y los micrófonos, sino que también ha logrado aplicar en el mundo de los negocios.
Fue precisamente en el 2020 que junto al empresario hondureño Bernardo Hirsch el uruguayo creó la compañía de representación Imagine Future, en la cual tienen como clientes a varios jugadores, entre ellos hondureños que sueñan con dar el salto al extranjero y comenzar a brillar fuera de las fronteras catrachas.
Dueño de una zurda que recorrió el mundo con paso firme teniendo como punto de partida su natal barrio Buceo en Montevideo, Alvaro Izquierdo vive un sueño que se convirtió en realidad gracias a Honduras, un país que es una parte importante en su vida.
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