Un error en una final puede costar caro. Al menos es lo que experimentan este sábado los porteros de El Honduras de El Progreso y Motagua en el juego de ida de la final del fútbol hondureño.
Primero fue el cancerbero del Motagua, Jonathan Rougier, quien cometió un descuido que le dio la ventaja al Honduras de El Progreso.
Al minuto 24, el equipo ribereño cobró un tiro libre que fue rechazado por el guardameta azul y dejó el balón servido a Franklin Morales, quien remató y mandó el balón. El estadio Humberto Micheletti era una fiesta.
Afortunamente, el descuido de Rougier fue opacado por otro error -que decimos error... ¡ERRORAZO!- del guardameta rival, Sandro Cárcamo.
Seis minutos después del 1-0, el juego siguió su curso y le tocó a Cárcamo despejar, pero en un gran episodio de desconcentración, él dejó el esférico en el suelo sin percatarse que un jugador motagüense estaba detrás suyo.
La redonda tocó la grama y fue más astuto Marco Tulio Vega, quien robó el balón como en esos videos virales en Facebook e introdujo el esférico en la meta.