Tegucigalpa, Honduras.- Faltan 25 días para el primer choque entre Honduras y México por la Liga de Naciones de Concacaf, en juego está un boleto directo a la próxima Copa Oro, es por eso que las federaciones de ambos elencos patrios no quieren dejar nada en el aire.
El partido de ida se jugará el viernes 15 de noviembre en el estadio Francisco Morazán de San Pedro Sula (8:00 pm), mientras que la vuelta se llevará a cabo el martes 19 en la altura del estadio Nemesio Díez de Toluca (8:30 pm).
Ante esto los aztecas se pusieron en acción desde temprano y enviaron el sábado pasado al preparador físico del Tri, Pol Lorente, y a dos miembros del departamento administrativo para que inspeccionara el recinto sampedrano.
Además de ir visualizando posibles canchas de entrenamiento, temas de hospedaje y otras situaciones de logística.
Por su parte Honduras no se queda atrás y el martes una avanzada enviada por la FFH realizará el viaje a la ciudad de Toluca de Lerdo para ir agilizando todos los detalles que tengan que ver con el alojamiento de la Bicolor Nacional.
Uno de los temas que más ocupa al equipo de todos es la altura que implica jugar en el ‘Infierno Rojo’, escenario que tiene 2,667 metros sobre el nivel del mar, y es uno de los estadios con mayor altitud del continente. De hecho, tiene una mayor elevación que el estadio Azteca (2.195 metros).
EL HERALDO conoció que la federación medita que los futbolistas viajen 24 horas antes a territorio mexicano para evitar que la altura haga efecto en ellos.
También no se descarta que ingresen a los protagonistas de la H a cámaras hiperbáricas entes del juego de vuelta para aplicar una presión atmosférica elevada de oxígeno puro al cuerpo.
Este partido tiene sabor a revancha para Honduras pues en noviembre de 2023 fue eliminada en esta misma instancia del torneo por los mexicanos y son ellos mismos que tienen la oportunidad de cambiar el final.