RÍO DE JANEIRO.- Brasil se coronó hace dos años como anfitrión de la
Copa América. Y en distintos aspectos, el equipo actual parece mejor que aquél.
Por principio de cuentas, tiene ahora a Neymar, quien se ausentó de la edición de 2019 debido a una lesión. Pero la versión actual del jugador parece distinta a la de antaño, tan propensa a fingir faltas y enfrascarse en pleitos durante los encuentros
Además, el astro del París Saint-Germain se entiende de maravilla con un grupo de jóvenes atacantes, y el equipo entero parece profesarle una lealtad férrea a su técnico Tite, cuya continuidad pareció en duda antes del certamen, en medio del descontento de los jugadores y de él mismo por disputar este certamen como locales en plena pandemia.
Enseguida, las razones por las que Brasil revalidará el sábado su cetro en la Copa América, venciendo a la Argentina de Lionel Messi en el Maracaná:
SOLVENCIA: en la fase de grupos perdió puntos sólo frente a Ecuador, en un partido en que Tite recurrió a un plantel alterno. Aunque los triunfos sobre Chile en cuartos y Perú en semifinales fueron apretados, Brasil no llega a esta final con la angustia que supuso el complicado duelo y la tanda de penales ante Colombia para una Argentina propensa a ceder y sufrir cuando estuvo en ventaja.
ES LOCAL: aunque tampoco habrá público en el Maracaná, Brasil debería sentirse más cómodo en el recinto donde ya se coronó. Y un dato histórico lo respalda como amplio favorito: fue campeón de las cinco ediciones anteriores de la Copa América en las que fue anfitrión: 1919, 1922, 1949, 1989 y 2019.
TITE: el estratega no dudó en usar el certamen como laboratorio para probar nombres, formaciones y alianzas. Como resultado, Brasil es menos dependiente de un astro específico y sabe adaptarse a distintas condiciones —no extrañaría mucho a Gabriel Jesús, suspendido por la patada que propinó en los cuartos de final—. Además, Lucas Paquetá se ha revelado como un estupendo socio de Neymar. El equipo destila confianza y una buena relación.
NEYMAR: su portentosa jugada individual abasteció a Paquetá para el gol que marcó la diferencia ante un Perú que jugó con cinco defensas en la semifinal. En esta Copa, se ausentó sólo del encuentro contra Ecuador, y acumula dos goles y tres asistencias. Pero su contribución más significativa ha consistido en armar innumerables jugadas en el medio campo. “Cuando él está bien, físicamente y de la cabeza, hace que sucedan cosas. Desarrolló más la capacidad de dar pases, usa el pie izquierdo y el derecho. Se torna impredecible”, destacó Tite durante el torneo
ESTADO FÍSICO: Brasil ha contado con un día más de descanso que Argentina en la antesala de la final. Las rotaciones dispuestas por Tite en la alineación dieron descanso por lo menos de un partido a cada uno de sus jugadores, incluido Neymar, un lujo que no pudo darse con Argentina un Messi que quedó incluso con sangre en el tobillo izquierdo tras la batalla con Colombia.
Por principio de cuentas, tiene ahora a Neymar, quien se ausentó de la edición de 2019 debido a una lesión. Pero la versión actual del jugador parece distinta a la de antaño, tan propensa a fingir faltas y enfrascarse en pleitos durante los encuentros
Además, el astro del París Saint-Germain se entiende de maravilla con un grupo de jóvenes atacantes, y el equipo entero parece profesarle una lealtad férrea a su técnico Tite, cuya continuidad pareció en duda antes del certamen, en medio del descontento de los jugadores y de él mismo por disputar este certamen como locales en plena pandemia.
Enseguida, las razones por las que Brasil revalidará el sábado su cetro en la Copa América, venciendo a la Argentina de Lionel Messi en el Maracaná:
SOLVENCIA: en la fase de grupos perdió puntos sólo frente a Ecuador, en un partido en que Tite recurrió a un plantel alterno. Aunque los triunfos sobre Chile en cuartos y Perú en semifinales fueron apretados, Brasil no llega a esta final con la angustia que supuso el complicado duelo y la tanda de penales ante Colombia para una Argentina propensa a ceder y sufrir cuando estuvo en ventaja.
ES LOCAL: aunque tampoco habrá público en el Maracaná, Brasil debería sentirse más cómodo en el recinto donde ya se coronó. Y un dato histórico lo respalda como amplio favorito: fue campeón de las cinco ediciones anteriores de la Copa América en las que fue anfitrión: 1919, 1922, 1949, 1989 y 2019.
TITE: el estratega no dudó en usar el certamen como laboratorio para probar nombres, formaciones y alianzas. Como resultado, Brasil es menos dependiente de un astro específico y sabe adaptarse a distintas condiciones —no extrañaría mucho a Gabriel Jesús, suspendido por la patada que propinó en los cuartos de final—. Además, Lucas Paquetá se ha revelado como un estupendo socio de Neymar. El equipo destila confianza y una buena relación.
NEYMAR: su portentosa jugada individual abasteció a Paquetá para el gol que marcó la diferencia ante un Perú que jugó con cinco defensas en la semifinal. En esta Copa, se ausentó sólo del encuentro contra Ecuador, y acumula dos goles y tres asistencias. Pero su contribución más significativa ha consistido en armar innumerables jugadas en el medio campo. “Cuando él está bien, físicamente y de la cabeza, hace que sucedan cosas. Desarrolló más la capacidad de dar pases, usa el pie izquierdo y el derecho. Se torna impredecible”, destacó Tite durante el torneo
ESTADO FÍSICO: Brasil ha contado con un día más de descanso que Argentina en la antesala de la final. Las rotaciones dispuestas por Tite en la alineación dieron descanso por lo menos de un partido a cada uno de sus jugadores, incluido Neymar, un lujo que no pudo darse con Argentina un Messi que quedó incluso con sangre en el tobillo izquierdo tras la batalla con Colombia.