Su nombre: Carlos Roberto Ordóñez Argueta, periodista de Deportes Televicentro, quien cuenta con 37 años de edad, mismo tiempo que lleva el gol de Pecho de Águila Zelaya en la memoria de los hondureños.
Originario del departamento de Choluteca, Carlos creció en el barrio Prudencia y fue ahí donde soñó con llegar a ser comentarista de deportes. Hoy, el orgullo del sur platicó con EL HERALDO en nuestro segmento semanal: Calculadora Deportiva.
VEA: Carlos Gris, constructor de día y periodista de noche
Sus primeros años
Hijo de un humilde fotógrafo y una ama de casa, Carlos Ordóñez vivió una infancia feliz e inolvidable. Su padre, Leonardo Ordóñez, un hombre trabajador y abnegado, se encargó de inculcar la importancia de la educación a aquel cipote soñador, a quien no le permitía jugar fútbol, pues no quería que le ocurriera lo que a él, ya que fue a causa de una lesión que tuvo que dejar de lado su sueño futbolero.
Su madre, por su parte, doña Teófila Argueta, era la alcahueta. Ella le permitía escaparse para jugar fútbol mientras don Leonardo llegaba del trabajo, era su cómplice. Sin embargo, fue durante esas escapaditas que 'Carlitos' comenzó a descubrir que no solo quería divertirse corriendo detrás de un balón, sino que ahora su sueño iba mucho más allá...
La vida le presentaba otro escenario en el que sus comentarios sobre las jugadas de sus compañeros y amigos, lo harían brillar. 'Empecé a ver el fútbol desde otra perspectiva, más para comentarlo que para jugarlo', confesó uno de los rostros de Deportes TVC.
Cuando cursaba el segundo grado, mientras daba sus primeros pasos en la Escuela José Cecilio del Valle, su maestra se dio cuenta del coeficiente intelectual que aquel pequeño tenía, por lo que, hizo lo que estaba en sus manos para que fuera promovido a tercero. 'Hacía todo lo que mi hermana realizaba, pues ella ya estaba en tercer grado'.
+Manuel Galicia: 'Olimpia marcó mi niñez, era el equipo más ganador'
Tras una infancia llena de fútbol, matemáticas y mucha felicidad, Carlos logró graduarse de maestro en la Escuela Normal Mixta de Choluteca; su brillante carrera estudiantil le abrió campo unos meses después para laborar como catedrático en el Instituto Católico Santa María Goretti. El niño que soñaba con el deporte, ahora era docente.
Su primer trabajo lo hizo feliz. Estaba enseñando en las aulas, pero ahora podía ayudarle económicamente a don Leonardo y doña Teófila con los gastos del hogar.
Adiós a las aulas, hola al periodismo
No era precisamente lo que soñó. Su primera oportunidad en los medios de comunicación consistió en presentar música en una estación radial en su ciudad natal. No obstante, de la mano vino RM Sport, un espacio en la misma emisora, pero esta vez relacionado con los deportes.
'Me gusta cómo hablás, parecés de esos periodistas de Tegus', es uno de los comentarios que aún hoy recuerda Carlos Ordóñez, pues le sirvió para motivarse y perseguir su sueño.
Aunque leía muchas revistas y almanaques a falta de internet, Ordóñez recuerda que su gran ídolo de la infancia era Salvador Nasralla.
Con una maleta llena de sueños y dispuesto a luchar por cumplirlos, emprendió su viaje a Tegucigalpa y demostró su talento y potencial ante 'El Señor de la Televisión' para que accediera a contratarlo. Carlos Ordóñez cuenta que fue una 'frase determinante' que le dijo a Salvador la que terminó de convencerlo de llevarlo a trabajar a TVC.
'El mejor periodista deportivo en Honduras no es periodista', le dijo, en clara respuesta 'retadora' a Nasralla, quien minutos antes le había dicho que 'al menos tenés que ser periodista para trabajar con nosotros'.
Graduado de Licenciatura en Comercio Internacional y destacando como emprendedor y comerciante, Carlos sueña con trabajar en el extranjero, para ello asegura que 'la única persona que debés superar, sos vos mismo', pues 'nada es imposible'.
ADEMÁS: Geovanni Gómez: 'Disfruto más la radio, mi escuela fue la de Diógenes Cruz'
'Mientras el televidente está en su casa viendo el partido, nosotros estamos dando lo mejor', cuenta. Carlos no niega que es un trabajo que requiere mucho sacrificio. Confiesa que una de las cosas que más le duele es no poder asistir a algunos partidos de su hijo.
Amante de la tecnología, padre de dos hijos y casado por más 10 años, el Sureño vive cada momento con optimismo y mucha confianza teniendo en cuenta que 'no tiene sentido sufrir', pues el optimismo es una de sus fortalezas cada día que se levanta.
El reportero, presentador, comentarista y narrador deportivo contó a EL HERALDO sentirse emocionado cuando visita ciertos lugares y es sorprendido con algunos exalumnos que dicen sentirse orgullosos por haber recibido el pan del saber de la mano del 'profe', quien ahora da clases de periodismo en la televisión.