SAN PEDRO SULA, HONDURAS.-En un enfrentamiento armado con agentes de la Fuerza Nacional Anti Maras y Pandillas (FNAMP) murió Wilson Ariel Pérez Hernández (21), quien era buscado tras agredir violentamente a una subinspectora de la Policía Nacional durante la final de fútbol entre el Real España y Motagua, el pasado domingo.
“La persona que falleció es conocido en el bajo mundo con el alias de “Palabrero” y su nombre es Wilson Ariel Pérez Hernández, de 21 años, originario de Villanueva, Cortés. Se trata de un individuo con categoría dentro de la organización de dar diferentes directrices”, detalló el comisionado de la Policía Nacional, Miguel Martínez Madrid.
Imágenes que ya se esparcen como pólvora en las redes sociales y que muestran su cadáver desnudo, evidencian que sufrió al menos tres impactos de bala en el costado izquierdo del torso.
“Según el informe, él llegó vivo al hospital. Los policías se dieron cuenta de quién era él hasta que los médicos les entregaron la identidad de él. Se dieron cuenta que se trataba del individuo que estaban buscando ayer”, añadió.
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La búsqueda del agresor se había intensificado luego de un seguimiento hecho por las autoridades con las cámaras del 911, e incluso se había podido determinar que el joven había tratado de salir del país vía Corinto, hacia Guatemala.
Durante el enfrentamiento también resultó herido un miembro de seguridad tras recibir un impacto de bala en el pecho, quien fue traslado de inmediato al hospital.
En horas de la tarde, la Dirección Policial de Investigaciones (DPI) emitió una alerta azul a la Organización Internacional de Policía Criminal (Interpol, por sus siglas en inglés).
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Atacada por la espalda
Fue el pasado domingo 29 de mayo cuando se celebró la gran final de fútbol hondureño en el estadio ubicado en San Pedro Sula, al norte del país; durante el juego el ambiente se desarrolló entre cánticos, goles y la esperanza de ambos equipos de coronarse victoriosos.
Sin embargo, la suerte acompañó al Club Deportivo Motagua, quien logró alzar su copa número 18, pero tras una serie de disturbios que opacaron la premiación.
Luego de que se conociera que la escuadra capitalina había ganado el partido, decenas de simpatizantes del Real España comenzaron a inundar la tribuna, con la intención, según muestran algunos videos, de agredir a los jugadores del Ciclón Azul. Luego, aficionados del Motagua también se colaron a la cancha y fue necesaria la intervención policial.
Minutos más tarde la situación fue controlada y poco a poco los aficionados aurinegros comenzaron a salir. Habían varios agentes en las graderías controlando que todo se llevara en orden, cuando de repente, un hombre que vestía una camiseta en color gris con líneas horizontales negras y rojas, gorra negra y un pantalón jean en tono azul, vio a una agente femenina identificada como Denia Michell Contreras que se encontraba a unos metros y aprovechando que estaba desprevenida la pateó en la espalda, causando que ella “volara” por el aire y luego cayera aparatosamente.
La fémina fue trasladada a un centro médico, donde tras varios exámenes se determinó que afortunadamente no sufrió lesiones de gravedad y fue dada de alta horas después.
Un hombre peligroso
Pero el haber salido casi ilesa del violento ataque no exime de responsabilidad al autor de la agresión, quien hasta el momento no ha podido ser identificado.
De acuerdo a la psicóloga Patricia Mackay, una experta consultada por EL HERALDO, el agresor presentar una inclinación sociopática, algo que solo podría ser confirmado con una evaluación presencial y tomando otros factores, pero que por lo mostrado en las imágenes no es improbable.
Según el análisis de Mackay, podría tratarse de una persona a la cual le hace falta tolerancia a la frustración y utiliza un mecanismo de defensa que en psicoanálisis social se conoce como desplazamiento. O sea, “no puede contener la frustración, necesita sacarla de su cuerpo y la puede desplazar en objetos, animales y personas”, detalló.
Los individuos que presentan estos rasgos tienden a identificar a una “presa débil”, la cual posiblemente él habría encontrado en la policía, pues además de que estaba desprevenida, sin tener posibilidad alguna de reaccionar al ataque, era una mujer. Y es aquí donde entra otra de las características destacables, como el machismo.
“Aquí podemos considerar tres escenarios: O es una persona que tiene un trastorno de control de los impulsos, o es acostumbrada a la violencia de género, o puede ser una persona proclive a conductas sociopáticas, que no les interesa causar daño a las personas y que tiene un resentimiento con las figuras de autoridad”, sostuvo la psicóloga.