TEGUCIGALPA, HONDURAS.-Así cómo vigila porque ninguna pelota horade el marco motagüense, con la misma atención Marlon Licona vela por el juego de jenga y va enhebrando detalles que construyen la historia de vida del guardián finalista.
“Me gusta divertirme y me gusta mucho salir a pescar”, confiesa el hombre que defenderá la portería azul el domingo en el Nacional, en la final de ida ante Real España.
Contrario a ese mote de enojados, que se han ganado los olanchanos, el oriundo de Catacamas se define y se muestra como una persona pacífica.
“Ja, ja, ja siempre me dicen eso... con mi suegra bromeamos y me dice que yo soy todo lo contrario. Nos tienen catalogados así, pero soy todo lo contrario”, confiesa antes de entrar en un pregunta-respuesta.
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¿Es hombre de campo?
Sí, me gusta el campo. Me gustan las vacas, sacarle leche, pero nosotros vivimos prácticamente en la entrada de Catacamas y tenemos familiares que sí se dedican a eso.
¿No le salen cayos si agarra el machete?
No. En algún momento me tocó arrancar frijoles y maíz, no lo hacía por necesidad, sino por experimentar nuevas cosas. Siempre me ha gustado ser un hombre trabajador, no solo en el fútbol, sino que en otras cosas.
Y en la escuela, ¿cuál era la materia más dura?
No me gustaba la caligrafía y por eso tengo mala letra. Mi esposa se enoja conmigo cuando estoy escribiendo algo, porque no tengo una buena letra.
Es el más pequeños de los hermanos, ¿a los cuántos años comenzó a ser portero?
Más o menos 9 o 10 años. Íbamos al campo con mis hermanos y me ponía unas chancletas en las manos para que no me doliera la pelota ja, ja, ja.
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¿Portero obligado?
Prácticamente sí, pero en ese tiempo estaba Noel Valladares, entonces siempre lo miraba (en la TV) y decía: Una volada de Noel Valladares”... y poco a poco se fue generando eso de que me gustaba ser portero.
¿Alguna vez se ha arrepentido de ser portero?
Sí, y el que diga que no es mentiroso. A veces uno pasa por momentos difíciles en la portería, pero lo bueno que en el fútbol siempre hay revanchas.
¿Qué recuerda de su primer día en Motagua?
Estaba contento. Estaba intimidado por ver figuras como Amado, Pedrinho y muchos jugadores que solo en la televisión lo mirábamos. Recuerdo que me hicieron el pasillo con el profe Primi y me agarraron a patadas. Recuerdo al profesor Roy Posas, quien fue parte fundamental para mi vida.
¿Se considera leyenda en el Motagua?
Siempre he tratado de ser un jugador más en el equipo. No aspiro a ser leyenda, amo al equipo. Motagua tiene valor grandísimo en mi vida. Hemos llorado, reído, disfrutado y he pasado momentos difíciles en Motagua.
Hablemos de la final, ¿cómo está Motagua?
El equipo ha mejorado después del bache que tuvimos durante el torneo. Pasamos por muchas situaciones, muchos cambios que de alguna forma repercuten, pero el equipo ha venido creciendo y llegamos en un justo momento para la final.
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¿Cómo están las pulsaciones para este juego?
Estoy contento por enfrentar una nueva final, lo que ha costado para estar en una final, no ha sido nada fácil por todo lo que se ha vivido en el equipo: los cambios, el mal momento que pasamos. No ha sido nada fácil, como quitar esta pieza de Jenga, ja, ja,ja..., pero el equipo llega muy bien, motivado y esperamos pegar primero y de ahí ganar de visita y levantar la copa.
¿Sería un buen negocio un 2-0 en Tegucigalpa?
Bueno, entre más goles echemos mejor, pero ganar en casa es fundamental y tenemos que pegar primero. Si aspiramos a ser campeones tenemos que ganar en casa y hacer un partido inteligente ante Real España. Lo importante es ganar.
¿Cómo se imagina el estadio el domingo?
Me lo imagino pintado de azul Que la gente llegue a disfrutar ese partido, esa final, y sobre todo toca ganar en casa. Que la gente disfrute y que ganemos.-La torre de jenga ha caído y Marlon celebra... así como espera festejar el domingo...