MADRID, ESPAÑA.- La controvertida etapa de Jorge Vilda al frente de la selección femenina española de fútbol llegó a su fin. El técnico, cercano a Luis Rubiales y cuyos métodos fueron criticados por sus jugadoras, fue finalmente despedido este martes y sustituido por quien era su adjunta en el banquillo de la Roja, Montse Tomé.
La Real Federación Española de Fútbol (RFEF) “ha decidido prescindir de los servicios de Jorge Vilda como director deportivo y seleccionador nacional femenino”, indicó el organismo en una ajetreada tarde de comunicaciones.
Poco después, la RFEF anunciaba que su puesto lo ocupará a partir de ahora la técnica y exjugadora Montse Tomé, segunda entrenadora con Vilda desde 2018 y quien se convierte así en la primera mujer en ostentar el cargo de seleccionadora nacional femenina de fútbol.
La destitución del ya exseleccionador fue descrita por la Federación como “una de las primeras medidas de renovación” tras el escándalo por el beso forzado de Luis Rubiales a la jugadora Jenni Hermoso, que lleva convulsionando durante semanas al fútbol español.
El puesto de Vilda, de 42 años, ya había quedado muy debilitado después de que las 23 campeonas del mundo firmaran un comunicado, junto a varias decenas de jugadoras, en el que rechazaban volver con la selección si no había cambios en la dirección, tras la negativa de Rubiales a dimitir pese a la indignación internacional que desató su actitud durante la entrega de medallas en el estadio de Sídney.
Poco después de aquel discurso, varios miembros del equipo técnico de la flamante campeona del mundo, entre ellos Montse Tomé, de 41 años, presentaron su dimisión.
Vilda también había sido criticado por quince jugadoras de la selección en septiembre de 2022, quienes afirmaron entonces no querer seguir vistiendo la camiseta de la Roja hasta que se solucionaran las “situaciones” que se producían bajo su cargo y que afectaban tanto a su “estado emocional y personal”, como a su “rendimiento”.
En la prensa, el entorno de algunas jugadoras denunció métodos considerados “dictatoriales” y ataques a su intimidad por parte de Vilda, que las obligaba, por ejemplo, a dejar abiertas las puertas de sus habitaciones durante las concentraciones, apareciendo en ocasiones para conversar por la noche.
En el plano deportivo, criticaban los poco exigentes entrenamientos de Vilda que, a su juicio, no se correspondían con un nivel profesional.
Pero, tras perderse los partidos de preparación, algunas mostraron su predisposición para acudir al Mundial-2023 y tres de ellas -Aitana Bonmatí, Mariona Caldentey y Ona Batlle-, fueron convocadas.
Debilitado
De todas maneras, la RFEF no emitió críticas contra Vilda en su comunicado y puso en valor “su intachable conducta personal y deportiva, siendo una pieza clave en el notable crecimiento del fútbol femenino en España”.
Su situación era, sin embargo, crítica desde el inicio del escándalo Rubiales, debido a su cercanía con el ahora presidente suspendido, a quien aplaudió cuando este afirmó sorpresivamente que no dimitiría del cargo.
Su sintonía la evidenció el propio Rubiales, cuando en ese mismo discurso propuso prorrogar su contrato al frente de la Roja femenina y aumentar su sueldo a medio millón de euros al año.
Tras la catarata de críticas que suscitó la actitud de Rubiales, Vilda emitió más tarde un comunicado lamentando el “comportamiento impropio” del dirigente suspendido, pero su imagen había quedado ya muy tocada.
Disculpas
Inmersa en un escándalo de proporciones internacionales desde el beso forzado de Rubiales a Jenni Hermoso el 20 de agosto, la Federación emitió este martes una carta disculpándose por el comportamiento “totalmente inaceptable” de su ahora presidente suspendido.
La RFEF “considera imprescindible solicitar las más sinceras disculpas al conjunto del fútbol mundial, de las instituciones del fútbol (FIFA, UEFA, FN), de los/as futbolistas, especialmente las jugadoras de la selección” por “el comportamiento totalmente inaceptable de su máximo representante institucional durante la final” del Mundial femenino, señaló la institución en un comunicado publicado este martes.
“El daño causado al fútbol español, al deporte español, a la sociedad española y al conjunto de los valores del fútbol y del deporte ha sido enorme”, lamentó el texto, firmado por Pedro Rocha, presidente interino de la RFEF desde la suspensión de Rubiales por 90 días por parte de la FIFA.
En España, el Tribunal Administrativo del Deporte (TAD) también le ha abierto un expediente y el gobierno español le ha solicitado que suspenda también a Rubiales, quien denuncia no obstante ser victima de un “linchamiento político y mediático sin precedentes” por lo que él consideró un “beso consentido”.