JUTICALPA, HONDURAS.-Su sueño se escurría entre la polvareda de las burocráticas, pero de pronto se encendió una luz en Olancho para iluminarle la vida y hacer feliz al hombre que siempre anheló con verlo en Liga Nacional.
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“Mi papá (Jose Santos Gómez) insistía en que dejara de estar jugando en las polvorientas, que quería verme en primera. Me metía presión. Ahorita ese hombre pasa muy feliz, no cabe”, revela el volante todoterreno de Potros, Henry Gómez.
De su progenitor adoptó el amor por el fútbol y hasta el apodo. “A él le decían Cacha y a mi Cachita”, revela minutos después de posar en el parque central de Juticalpa.
Quizá su 1.67 de estatura y su bajo perfil lo hacen pasar desapercibido, pero en el verde césped es un auténtico pulpo. “Yo y toda mi familia somos Motagua. Cuando le ganamos en Comayagua recientemente, mi hermana menor no estaba muy contenta ja, ja, ja”, dice el orgullo de la colonia Divanna de la capital.
De aquel inicio con Cachorros a su gran presente con Olancho FC, deambuló por el fútbol amateur, Liga Mayor, Segunda, Reservas de Motagua (2012-2014) y hasta Olimpia en un período de prueba. “Hace poco estaba pidiéndole fotos a Omar Elvir como aficionado y hoy somos compañeros”, confiesa mientras acompaña a OPSA rumbo al entrenamiento que Potros ha pactado en la comunidad de El Encinal...
Henry, ¿cómo vive este presente en Potros a sus 27 años?
Lo vivo muy feliz. Hubo un tiempo que ya no creía. Me había tirado a jugar en burocrática porque pensaba que ya no iba a llegar, que era imposible. Mi papá siempre me decía: “Vas a llegar, para Dios nunca es tarde”. Él siempre me daba esos ánimos. Siempre estaba la presión de mi papá de que me quería ver en primera.
¿Se ha preguntado por qué no llegó antes a Primera?
Me llegué a frustrar. Yo me ponía a ver partidos de Primera División y decía: ‘Yo me siento mejor que él y no he llegado’. Pero quizá ese jugador aunque no fuese tan bueno, pero era disciplinado y, a veces, ese tipo de futbolista es el que llega. El que es muy bueno muchas veces es indisciplinado y no llega.
¿Cómo llegó a Potros?
Me salió una oportunidad para ir a jugar a Ocotal de primera de Nicaragua. En ese entonces salió Olancho, mi papá conocía al profe Humberto, hice la prueba y llegamos a un acuerdo. Ya estaba cerca de jugar en Liga Nacional. Fui titular desde liguilla de ascenso y gracias a Dios aquí estoy.
Cuando supo que iba a jugar en Primera, ¿qué significó?
Uf, fue una alegría inmesa de todos: de mi esposa, mis hijos, mi papá, mis hermanas. Querían verme en Primera y estaban felices. Cuando jugamos la final para ascender, hicieron una ajustadilla para venir a verme. Un bus les cobraba como 10 mil lempiras y algunos amigos que están en Estados Unidos ayudaron. Eran como 45 personas de la colonia y vinieron a verme. Mi familia estaba muy alegre, estaban llorando.
¿Cómo recuerda el debut ante Victoria?
Le hablé a mi padre y le dije: ‘Primero Dios se cumpla el sueño que tanto hemos querido’. Se puso feliz y se vinieron a Juticalpa. Antes del partido estaba con Cristhian Altamirano y me preguntó: ‘¿Cómo se siente?, ¿está nervioso? Le dije que no estaba nervioso y me dijo: “Entonces no está para jugar porque yo que ya días juego, estoy nervioso porque es el primer partido del torneo”.
Usted no esconde que es Motagua...
Yo soy Motagua, toda mi familia es motagüense. Tengo una foto en la que salgo con Kevin López cuando yo era aficionado y también con Elvir. Ahora a Omar lo tengo de compañero. A veces nos ponemos a platicar con los amigos y me dicen: ‘Te acordás cuando íbamos a los estadios a ver a Motagua, que sufríamos, que llorábamos por el equipo’.
¿Le tocó llorar por el Ciclón?
Claro, sí, hombre... cuando perdía las finales internacionales de la Concacaf League. ¿El triunfo más celebrado? Pues uno siendo Motagua le gusta ganarle a Olimpia. Esas son las que se disfrutan más. Las que más duelen es cuando pierde con Olimpia.
¿En algún momento le gustaría jugar en Motagua?
Claro, todo jugador piensa estar en los equipos grandes. Si algún día se da la oportunidad, pues con gusto lo asumimos. Estaría más feliz la familia ja, ja, ja. Cuando Potros juega ante Motagua, mi hermana mayor va conmigo, pero la pequeña no. Mi papá me decía que me miraba como un Amado Guevara y él era mi ídolo. Sería bonito hablar con él y recibir unos buenos consejos del Lobo.
¿Qué sintió ganarle a Motagua?
Pensamos que estamos para grandes cosas. Mis amigos decían: ‘Pucha, mañana jugás contra Motagua, ¿qué vas a hacer?’, yo les decía: ‘Tengo que defender los colores donde estoy jugando’. Mis amigos son Motagua. Yo les decía que le tenía que ganar a Motagua. Mis dos hijos ya lo disfrutan, mi niño de cuatro años imita a Mbappé, a Cristiano, a Messi... y celebra como el Pistolero Auzmendi ja, ja, ja
No hace mucho jugaba burocrática y ahora está rodeado de Mario, Mayorquín, Elvir, Altamirano. ¿Se la cree?
Es algo especial estar jugando a la par de ellos, que han estado ganando bastantes títulos. Eso es algo que lo motiva a uno. Mario Martínez siempre me aconseja. Una vez estábamos en San Pedro y Mario le dijo a Marlon Peña: “Esta es mi ficha, a este jugador se lo tiro como quiera y no se arruga”.
¿Para qué está este Potros?
Desde que se empezó en Primera, el equipo está para pelear el título. Hay un buen grupo, ahorita estamos muy motivados, estamos a tres puntos del campeón. Esperamos que el sueño nunca se apague. Si seguimos así, está la oportunidad de jugar la Concachampions.
¿Es un reto o una ilusión llegar a la Concacaf?
Eso es un extra más que nos motiva para seguir trabajando. Es bonito jugar contra equipos de otros países y llegar a la Concacachampions. Es algo lindo porque a uno lo ve prácticamente todo el mundo. Sería una marca más para uno de futbolista.
