TEGUCIGALPA, HONDURAS.- El fútbol es lindo, pero también a algunos les regala tardes de crueldad. Es el caso particular de Josué Villafranca, quien arribó al Motagua tras una destacada actuación con el Vida; ya en la capital, Diego Vázquez le tomó la palabra, pero no tan en serio y lo sentó; llegó Hernán “La Tota” Medina y le devolvió la sonrisa: más minutos, pero al final lo desechó.
Hoy, ya en el Victoria de La Ceiba, todo depende nuevamente de él. Tiene un par de meses para recuperar el olfato goleador que una vez lo hizo destacar para garantizar que su estancia en el conjunto ceibeño se vuelva un amor más allá de 12 meses de contrato.
El delantero nacido a Danlí, El Paraíso, no es un desconocido en La Novia de Honduras tras su pasado de rojo con el Vida, donde los goles sí le acompañaron, jugó 18 partidos, anotando nueve: al Olimpia cuatro, y uno al Real España, Real Sociedad, Motagua, Platense y UPNFM.
Sobre sus nuevas vibras y sensaciones de estar nuevamente en un equipo ceibeño, en este caso el Victoria: “Un nuevo reto para mí. Vengo a aportarle al equipo, tomé la decisión de venirme para acá y pues estamos a listos”, dice con seguridad Villafranca.
Tiene cifradas sus esperanzas en que 12 meses son suficientes para revalidar su carrera, “así es, lo pedí y esperemos primeramente Dios se nos den las cosas”. Habla de la etapa a préstamo que lo cedió Motagua al conjunto ceibeño, pues en julio de 2023 termina contrato oficial con los azules.
Sobre la consulta sobre lo que significa para él ir al Victoria, tomando en cuenta que ya hizo una gran campaña con los Cocoteros, el hombre gol de Danlí dice que, “hubo varios equipos interesados en mí y bueno, tuve la dicha de que el profesor (Fernando) Araújo me pidiera y sabemos de la confianza que él me ha dado y entonces tomé la decisión de venir”, menciona.
Pero y qué fue realmente lo que pasó con el Ciclón. “Motagua es un equipo grande y se sabe que tienen arriba a tres o cuatro más, es bien complicado, pero bueno, eso queda atrás y ahora mi mentalidad está en el Victoria, donde toca hacer las cosas de la mejor manera”.
De inmediato se le recuerda que la competencia estará en el quipo al que vaya, por ejemplo: en el Vida tampoco la tendrá fácil, le toca luchar hombro a hombre con hombres como Carlos Róchez, Yaudel Lahera, Marco Tulio Vega...
“Claro, vengo a luchar para ganarme un puesto acá y pues igual, si me toca estar en la banca, lo estaré y esto es fútbol. Primeramente Dios las cosas se nos den”, dice con la seguridad que Dios no lo dejará solo.
Al consultarle a Villafranca sobre qué ve en el Victoria de Araújo, qué puede lograr con este grupo, no duda en certificar que llega a un equipo luchador, “así como en el torneo pasado anduvieron bien, ahora a esperar que se mantengan en esa racha”, sentencia aún sintiéndose un recién llegado.
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Le conocimos buenas temporadas en el pasado, asumo que están trabajando fuertemente para lograrlo, de hecho, de ese buen rendimiento surgió su regreso al Motagua, se le aseveró.
“Así es, el delantero vive de goles. Es bien difícil sin ritmo de partidos, sin mucha confianza, pero aquí estamos, ahora me toca aquí con la confianza que el profesor me brinda, primeramente Dios logremos bastantes objetivos”, declara.
Y la última: ¿Personalmente llega en plenitud? “Tuve una lesión en la final (del torneo pasado), pero ya estoy bien, pude jugar con el equipo, así que estoy recuperado”, dice Josué Villafranca, el hombre que un día ilusionó a la feligresía motagüense, pero poco a poco ese amor se esfumó.