SAN PEDRO SULA, HONDURAS.- En 1991, el limeño Juan Ricardo Argueta fue una de las tantas víctimas del mortal tren “La Bestia”, en el que miles de personas buscan emigrar a Estados Unidos y no logran completar su viaje. Muchos no viven para contarlo, pero él sí pudo hacerlo y ahora lo relata a Deportes OPSA.
Con 21 años, Juan Ricardo perdió sus dos piernas, pero eso no le impide ser un fiel aficionado al Marathón, al que alienta desde adentro de la cancha sentado en su silla de ruedas.
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“No podía perderme el clásico sampedrano”, dijo el limeño con sonrisa de oreja a oreja cuando se le consultó qué sensación tenía previo al Marathón-Real España en el estadio Olímpico por la ida de las semifinales.”
“Uno como discapacitado tiene privilegios de entrar a la grama. Yo vengo desde La Lima con mi familia, ellos están desde las graderías”.
- ¿Seguramente te envidian porque estás adentro del campo, cierto?- “Ja, ja. Sí, todos ellos son Marathones”, contó.
Tras su accidente hace tres décadas, Argueta se ha dedicado a “hacer con sus manos lo que no puede con sus pies”. Él suele arreglar relojes, celulares y otro tipo de cosas que le permiten sentirse vivo en el ámbito laboral.
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A pesar de su accidente, tuvo dos hijos varones que hoy tienen 23 y 27 años.
“Siempre voy a los partidos del Marathón. Los jugadores y cuerpo técnico son muy amables conmigo”, contó Juan, quien aseguró no sentirse de menos a pesar de su condición física.
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